
Víctor Ruiz, parte indivisible de Dinamic y referente del soft español de los 80, saltó a la palestra con este primer programa de las aventuras de Johnny Jones, SAIMAZOOM. De este modo, en 1984, Dinamic queda establecida como la compañía española más prometedora del momento, aunque sus programas tengan aún ese toque sin pulir que los alejan de la calidad de otros lanzamientos británicos.
Johnny Jones es un sucedáneo de Indiana Jones, un explorador diseñado de forma simpática con su traje de explorador y una gran nariz, que debe buscar en una inmensa selva cuatro sacos de café para llevarlos a la casilla de origen.
El proyecto SAIMAZOOM se hizo famoso por un reportaje en uno de los primeros números de MicroHobby. Un joven Víctor Ruiz posaba junto con un mapeado impreso a gran tamaño y en su propia casa, en la cual (como era habitual en la época) el juego se desarrollaba de forma totalmente doméstica. La carátula del juego y su manofactura aún tenía ese aire artesanal de los primeros tiempos y no fue hasta el lanzamiento del Babaliba cuando los juegos despegaron en ventas y aparecieron de forma más visible en las estanterías de multitud de tiendas y centros comerciales. Por eso no es extraño que los aficionados hayan detectado diferentes diseños de carátulas y que haya sido incluso objeto de polémica en los foros debido a presuntas falsificaciones. Para el relanzamiento de 1987 se diseñaron otras carátulas, coincidiendo con la presentación (tardía) del juego en UK de la mano de Gremlin Graphics, antes de entrar en escena la poderosa Imagine.
El juego en sí tiene una estructura muy sencilla con aproximadamente 100 pantallas en las que se recrea una selva compuesta de bloques gráficos. Plantas, montañas, ríos, todo ello serán obstáculos que podremos sortear con el uso de objetos que iremos recogiendo: machetes, picos y balsas, todos ellos de un solo uso. Cada objeto ocupará un casillero de los cuatro que tiene nuestro inventario. En cada pantalla aparecerá un enemigo de forma más o menos aleatoria (serpientes, salvajes..) que podremos eliminar chocando con ellos si llevamos una pistola.
Otro factor que tenemos que tener presente es el medidor de agua, que desciende rápidamente y amenaza con acabar con nuestra vida. Lo podemos rellenar recogiendo alguna de las muchas cantimploras que otros exploradores han dejado por ahí.
La búsqueda de los sacos tiene su gracia: sólo podemos coger o dejar objetos en los casilleros en los que hemos recogido otro objeto previamente. Si llevamos por ejemplo tres sacos, sólo nos quedará sitio para otro objeto más, dificultándose la misión. Al menos uno de los sacos siempre estará oculto en una de las dos cuevas que existen y que sólo se abren con la correspondiente llave.
La aventura proporciona una acción muy sencilla pero ágil, un juego básicamente de búsqueda y con poco componente laberíntico, con el único interés estratégico de cómo nos las apañamos a veces para cruzar ríos o para llevar los cuatro sacos a la vez. Como buena ópera prima, tiene sus bugs: atascos entre ríos de agua sin posibilidad de resetear la partida, o incluso la posibilidad de que lleguemos al destino con los cuatro sacos ¡¡y no pase nada!! El apartado sonoro es también muy discreto pero suficiente.
La pantalla del final (no es muy difícil de acabar, bastará con echarle algo de paciencia) revela la inspiración “cafetera” del título y de la propia aventura, con una simpática imagen de premio a nuestro logro.
En suma, un juego entrañable y con un gran significado dentro de la historia de Dinamic, ampliamente superado por su segunda parte (Babaliba) y que nos traerá no obstante gratos recuerdos de una época en la que todo estaba por hacer y cualquier paso era una novedad absoluta.
Valoración Marcilla Molido: 60%.
A este juego le tengo un cierto cariño por una razón bastante peregrina. En navidades del 84 compré a medias con mi hermano un ZX81 de segunda mano con su RamPack de 16K. Recuerdo haber ido al kiosko ávido de revistas de informática. Y allí estaba, el número 7 de la MH con el Saimazoom en portada. Me la llevé y, para disgusto mío, ni uno solo de los programas que allí habían era para el ZX81, pero… ¡qué alucinantes eran aquellos ordenadores con colores y sonido!!! y qué lejos los tenía porque no podía comprar uno y tenía que conformarme con mi modesto ZX81.
Ahora puedo ir a la tienda que quiera y comprarme el ordenador que me apetezca pero ninguno que pudiera comprar me proporcionaría la satisfacción que me proporcionaban aquellos humildes ordenadores.
Pues yo le tengo un cariño especial a este juego y al Rambo, ambos muy similares en la forma de jugar. Gráficamente no era la panacea, pero jugablemente era tremendo (y lo sigue siendo).
@radas, es lo que hemos hablado miles de veces desde los tiempos de ECSS, el Spectrum suplía de maravilla sus carencias técnicas con una jugabilidad tremenda en algunos títulos…este Saimazoon, o Panama Joe, Kokotoni Wilf…o cierto Kane que me recomendaste en Retromadrid hace ya unos añitos, muy limitados pero tremendamente adictivos.
Pues a mi me pasa lo mismo, a este juego le tengo un cariño especial, fue el juego con el que estrené el Spectrum.
Lo he jugado infinidad de veces, siempre esperando ver aparecer los sacos de café, descargando el inventario en sitios estratégicos para dejar sitio a canoas y asi poder volver a cruzar el río y no quedarte atrapado, o con cuidado de no malgastar los picos porque sino no puedes ver que hay mas allá de las montañas…
Un vez que lo conoces es fácil de terminar (o no), era el ideal para partidas cortas, cuando no tenías mucho tiempo
Según recuerdo el primer juego de Dinamic que cayó en mis manos fue Babaliba, el cual me pareció muy simpático (la pantalla de carga de Snatcho era muy buena) y llegué a jugarlo hasta terminarlo, e incluso varias veces después de eso. Cuando luego leí en la Microhobby que era la secuela de otro juego llamado Saimazoom, me puse en campaña para conseguirlo.
Saimazoom siempre me pareció superior a su secuela: había más interacción con el mapa, daba la sensación de ser más "abierto" y además, el tema de los sacos de café imponía cierta estrategia y suerte.
Creo que está claro que Dinamic no saltó a la fama por casualidad, sinó por títulos como este.
No lo pude conseguir en su día, y cuando lo cargué en un emulador no me pareció un mal juego.
Tiene un planteamiento original y unos gráficos aceptables, por lo que estoy seguro que en aquellos años me lo hubiera pasado genial con ese juego.
…mensaje eliminado por expreso deseo de su autor…
Lo acabo de ver.
@USA-SOFT: vos habías vaticinado 100 Euros, no? Te quedaste corto por 3,50! 😛
…mensaje eliminado por expreso deseo de su autor…
Saimazoon es uno de esos título entrañables para muchos de nosotros, más destacable por lo que significó que por su calidad. No es un mal juego, en absoluto, pero tampoco va más allá de ser entretenidillo.
Para mi saimazoom es un juego que admiro porque demuestra que se puede programar un juego simple lleno de virtudes: Gráficos bonitos, muy adictivo, excelente movimiento y con una jugabilidad al alcance de todos. un saludo!