
Madonna ha sido secuestrada y la policía y el ejército no pueden controlar la ciudad de Nueva York. Es 1994 y se les ha ido de las manos. Los cabezas rapadas le han robado la novia al tío equivocado. Se hace llamar El Vigilante. Ahí entras tú en este Beat’em up que recuerda en muchos aspectos a Kung Fu Master.
Conversión por parte de U.S.Gold de la recreativa japonesa de Irem lanzada un año antes, realizada por los irlandeses Damian Scattergood y Mark Cushen (The Deep, Running man o MoonWalker). Kung Fu Master también fue lanzado por Irem, por lo que muchos consideran a este juego como su secuela espiritual.
Vigilante era un reto para nuestro Spectrum. La recreativa mostraba un buen apartado estético y una buena jugabilidad. Tras nuestro Kung Fu Master poco podíamos esperar, sin embargo pronto pudimos comprobar un buen trabajo que, sin ser sorprendente, sí se mostró solvente.

Gráficamente estamos ante un título más que correcto. Gráficos de tamaño considerable y detallado, fondos densos, trabajados y coloridos y amplia variedad de frames por personaje. Nada que objetar en este apartado.
Destacar también a los jefes finales: grandes, detallados y relativamente fieles a la versión original. Sin duda el apartado gráfico se llevó gran parte de los Kbs disponibles.

Respecto a la jugabilidad sí tenemos reproches. Si bien el concepto original es en gran parte el culpable, podemos afirmar que en Vigilante para Spectrum la forma de juego se hace especialmente repetitiva y tosca. Con un movimiento de izquierda a derecha y con innumerables enemigos viniendo sin cesar, la jugabilidad consiste básicamente en parar, esquivar y golpear a uno y otro lado. A los 5 minutos de juego se nos empezará a hacer monótono y eso no es bueno.
La estrategia de los enemigos se limitará a acercarse hasta nosotros, pegarse como lapas para reducirnos la energía y poco más, recordando mucho a Kung Fu Master. Los portadores de armas sí variarán sus movimientos haciendo paradas e incluso huyendo. Golpear a nuestros enemigos más que satisfacción nos dará alivio. Y así será de principio a fin.

La amplia variedad de golpes (salto patada, puñetazo, patada, patada baja, salto puñetazo y golpe bajo) ofrece a priori un amplio abanico de opciones de lucha. Sin embargo al rato de empezar nos daremos cuenta de que nos bastará con los golpes bajos para derrotar a nuestros enemigos comunes (especialmente a aquellos que disparan quitándonos casi toda la vida) y los golpes con salto para derrotar a los «jefes finales».
Bien, ¿y cómo se mueve el juego en su conjunto? Aquí de nuevo tenemos algunas objeciones. Nada podemos decir del esfuerzo de llevar el original al Spectrum ya que como decíamos anteriormente tanto el protagonista como nuestros adversarios tienen un tamaño considerable. Esto se suma al gran detalle de los fondos que, además, se mueve en dos planos de scroll. El trabajo realizado es más que notable pero el movimiento bloque a bloque del scroll y la forma de juego en la que constantemente paramos para luchar hace que el resultado no luzca como merece.

Respecto al sonido poco podemos decir. Durante el juego escucharemos constantemente el sonido roto de los golpes. Un insufrible sonido al comenzar la partida y unos pitidos al conseguir pasar de fase es todo el repertorio que tendremos. Muy flojo. Una pena no haber trabajado más este apartado al menos con una melodía de fondo durante la partida o como mínimo al comienzo tras la carga.
Las 5 fases en las que repartiremos golpes a diestro y siniestro (Main Street, Junk-yard, Brooklin Bridge, Back Street y Girder’s construction) hacen que la duración del juego sea de aproximadamente 15 minutos.
Además de la habitual edición de lomo rosa de ERBE en España y las habituales de fuera de nuestras fronteras, pudimos conseguirlo en el pack Genial.

Como conclusión decir que nos encontramos ante una más que correcta conversión de la recreativa original que pudo haber sido algo más. Un juego estupendo para los amantes de los Beat’em up pero que quizá se quedó algo corto. Una segunda oportunidad para tener un Kung Fu Master bien portado al Spectrum que, si bien no tiene nada grave que objetar, nunca se convirtió en uno de los imprescindibles de nuestra máquina.
La secuela espiritual de Kung Fu Master
Gráficos - 87%
Movimiento - 76%
Sonido - 52%
Jugabilidad - 71%
Adicción - 64%
70%
Un correcto Beat'em Up con buenas intenciones y un correcto apartado técnico que no se libra de ciertas carencias que le impiden optar a algo más importante.