
Verano. Playa, piscina, calor, cervezas fresquitas, mosquitos, chavalas en bikini (o maromos marcando aparato), noches en vela y en algunos casos… ¡Vacaciones! Qué mejor manera de pasar una buena noche de verano que echando una partida a un juego de mesa en buena compañía. Estos ratos siempre son agradecidos y más si echamos la mirada tres décadas atrás cuando sólo algunos privilegiados podíamos disfrutar de un entretenimiento pixelado. Por suerte algunos de ellos fueron reproducidos en nuestros Spectrums en un intento por llevar el juego por turnos a otra dimensión. El mercado en el que se movía nuestra querida máquina acogió en su seno no pocos títulos y licencias: Trivial Pursuit (Domark, 1986), Parchís (Investrónica, 1984), Backgammon (Sinclair Research, 1983), Heroquest (Gremlin Graphics, 1991), Damas (Microhobby, 1986), Cluedo (Leisure Genius, 1985), Battle Ships (Encore, 1988) o Subbuteo (Electronic Zoo, 1990) representan una pequeña porción de la tarta. En 1984 la todavía imberbe Dinamic, y en su nombre Nacho Ruiz, desarrolló un programa descaradamente basado en el juego de mesa Risk. Su nombre: Mapsnatch. Con él muchos de nosotros, bien atraídos por el clásico boardgame, bien sorprendidos por la novedad, desencadenamos terribles batallas para ampliar nuestro monopolio militar y ser amos del mundo. En estos momentos de tensión política que vivimos en Europa no deberíamos pasar por alto un juego que emula fríamente lo que para muchos mandatarios y altos cargos políticos y militares significa un conflicto armado: un campo de batalla en forma de tablero en el que las piezas a mover son de carne y hueso y donde la derrota no es más que un alargado suspiro y la victoria una sonrisa llena de estúpido orgullo y satisfacción.
Pero vayamos al original primero. Risk, «riesgo» en inglés, se trata de un juego estratégico de corte militar ingeniado por un director de cine francés, Albert Lamorisse, a comienzo de los 50 y explotado comercialmente por la todopoderosa Parker Brothers a finales de esa década. Ambientado originalmente en las guerras napoleónicas, Risk cuenta con varias versiones desde su creación. Su atractivo tablero representa seis continentes subdivididos a su vez en varios territorios. No voy a desglosar las reglas del juego puesto que estoy seguro que muchos de vosotros ya sabéis cómo funciona. En líneas generales se trata de un juego de conquista para varios jugadores en el que importan sobremanera la disposición de los ejércitos sobre el mapa, los suministros de tropas (representados por cartas), la diplomacia (¿Quién no hizo piña con otro jugador para hacer frente a otro más poderoso?) y un poco de suerte con los dados a la hora de combatir. Risk no sólo triunfó en hogares de buena parte del mundo sino que ha sabido renovarse con los años y presentar cada vez nuevas reglas, escenarios y tropas amén de haber servido como inspiración directa para un gran número de juegos de estrategia en multitud de plataformas.
El éxito de Risk alcanzó también por entonces a un trío de hermanos que estaba empezando a despegar en el mundo del videojuego en España. Me refiero, cómo no, a los hermanos Ruiz. Tras despachar sus dos primeras obras, Yength y Artist, Víctor estaba ya inmerso en Saimazoom, otro clásico de los madrileños, mientras que Nacho puso sus energías en llevar al ZX ese juego de mesa al que tantas horas le habían echado él y sus hermanos en sus ratos libres. Es así como nació Mapsnatch cuyo título proviene de la unión de Map (mapa) y Snatch (de Snatcho, que es como se hacía llamar Nacho Ruiz en homenaje al film de ciencia ficción Invasion of the body snatchers también conocida como La invasión de los ultracuerpos).
Bien ¿Qué nos ofrece Mapsnatch? Pues la oportunidad de jugar a una versión reducida de Risk en tu Spectrum pero con el viejo continente como escenario. Aunque no podamos organizar una partida para 6 personas como en el juego de mesa original (hay pocos territorios para tanto jugador) el programa permite jugar contra la máquina o bien contra 1 o 2 jugadores lo que no está nada mal para dar más vidilla a la partida.
La partida comienza con el reparto de territorios para cada jugador. Hemos de tener en cuenta que el número total de éstos es de 12: España, Francia, Italia, Reino Unido, Noruega, Suecia, Finlandia, Ucrania, Europa central, Europa del sur, Europa del este y Turquía. Cada una de estas zonas otorga un número de ejércitos dependiendo de la principal fuerza militar del territorio. Un destructor otorga 5 ejércitos, un caza 4 y un tanque 3. Una vez atribuidas las tropas y los territorios comienzan los turnos de cada jugador. En cada turno uno puede optar por varias opciones como atacar, quitar o poner ejércitos o solicitar información. Los ataques son la esencia del programa, una afrenta en la que las tropas de cada territorio se verán mermadas tras el lanzamiento de dados. Una diferencia de puntos considerable dejará el paso expedito para que el ganador conquiste el territorio. Si tras un ataque perdemos muchas tropas o simplemente acabamos de conquistar un territorio y queremos reforzarlo la solución será emplear un turno en colocar nuevos efectivos. A mi juicio, uno de los grandes defectos de Mapsnatch es la violación de una de las reglas básicas del juego de mesa, y es que en el programa de Nacho Ruiz podemos enfrentar territorios que no son colindantes, algo que desluce mucho el carácter estratégico del juego.
Gráficamente el juego no tiene mucho que ofrecer pero lo que hay está cuidado (65/100). Las representaciones de los territorios en las batallas, con esa especie de relieve, quedan bastante atractivas. El tablero es colorido y correcto y las animaciones en las batallas son simpáticas.
Ya que tratamos con un juego por turnos, en lo referente al movimiento / control, decir que quizá el aspecto más negativo sea la lentitud con la que los dados determinan el azar (65/100). Se hace un poco desesperante pero nada que no pueda arreglarse con un cambio de velocidad en nuestro emulador. Si lo juegas en un ZX original échale paciencia. Quitando este aspecto la mecánica del juego es rápida y va al grano.
¿Difícil? En líneas generales no (70/100). En algunas ocasiones nos costará un poco encadenar victorias con los dados pero con un poco de insistencia y resistencia seremos amos de la vieja Europa. Como buen juego de mesa, buena parte de nuestro éxito depende de lo que nos digan los dados y a estos no hay quien los controle así que…
En lo sonoro no hay mucho que decir y es que hablamos de un juego todavía muy joven (60/100). Imaginarnos alguna melodía in-game en un juego español de 1984 es mucho pedir aunque por otro lado no hubiera estado nada mal pero bueno siempre nos quedarán esos efectos que maquillan el resultado.
¿Puede decirse que Mapsnatch fue un juego original? Pues depende. Si tenemos en cuenta que se trata de un calco en versión miniatura de Risk diríamos que no. Ahora sí, ¿Quien por entonces tuvo la genial idea de coger el Risk y llevarlo a un ordenador? La respuesta es Dinamic (75/100). Al menos la casa española tuvo el honor de adelantarse a la competencia, incluso extranjera, para llevar a cabo tal empresa lo que la hace merecedora de una idea original: llevar un juego icónico de mesa a una pantalla, que no es poco. Y con esa certeza también recuerdo con una sonrisa en la cara otro juego, esta vez uno de aquellos programas que incluía Microhobby en sus atractivas cintas. Hablo de Wargame, un sencillo programa de 1985 ciertamente inspirado en Mapsnatch, y por supuesto Risk, que no tuvo mala acogida entre la comunidad spectrumera a pesar de sus limitaciones técnicas. Echádle un vistazo si podéis, es uno de esos juegos con los que la mítica publicación se anotaba un tanto a su favor. También es justo recordar que la licencia oficial de Risk fue encomendada a Leisure Genius a finales de los 80. Para entonces miles de jugones ya habían saboreado las mieles de Mapsnatch y numerosos war games como los de la ilustre casa de videojuegos de estrategia CCS, a la que por otro lado, alguien debería dedicarle una review.
Mapsnatch fue tan sólo uno de los primeros peldaños que Dinamic superó para hacerse más grande pero con el paso del tiempo creo que ha ganado enteros. No es un juego que acapare mucho tiempo al que lo pruebe pero el título de los hermanos Ruiz se deja jugar y ofrece un entretenimiento comedido si se juega en compañía. Además tiene un buen acabado a pesar de su simpleza.
Para todos aquellos que lo fliparon viendo pelis como Juegos de guerra (1983) o incluso la curiosa escena de la secuela no oficial de James Bond Nunca digas nunca jamás (1983), en la que Sean Connery se enzarzaba en una batalla virtual por el control del planeta en un videojuego llamado Global Domination, la irrupción de Mapsnatch fue un soplo de aire fresco en los hogares españoles. Y es que no hay nada como dirigir ejércitos y saborear la victoria desde la distancia y la comodidad. Arrevoide que dijo Voltaire señores. Hasta la próxima.
A principios de los 80 hasta un fondón James Bond se echó unas partiditas a un War Game sobre pantalla. |
Dinamic hizo una buena conversión del tablero al videojuego. Bastante entretenido y gráficamente bueno.
Respecto al citado Wargame de Microhobby, debo reconocer que en su momento fue una adicción bestial, y aún hoy en dia juego de vez en cuando. A pesar de estar escrito todo (o casi todo) en BASIC, con esos gráficos tan limitados y sus GDUs, engancha. Lo recomiendo.
Este es uno de esos juegos que no pude ver en funcionamiento hasta mucho después, y sí, yo también jugaba a Wargame de Microhobby, y encontrar que Mapsnatch era bastante similar, me desepcionó un poco (esperaba algo más parecido al Stonkers), Igualmente me gustaban los gráficos y los efectos.