
Escribir sobre juegos de Spectrum mola. De verdad. Uno se lo pasa en grande desgranando títulos, historias, enemigos, venganzas, estrategias y mil cosas más. En ocasiones no sé qué programa elegir para poder escribir sobre él. Hace unos días pensé en hacerlo sobre uno de esos juegos que fueron sonados fracasos. Siempre he creído que aunque estos títulos fueran unos truñazos infumables acabaron haciéndonos sentir una chispa de ilusión y emoción antes de jugarlos, y por qué no, una carcajada antes de darnos de bruces contra la realidad. Pues bien, hoy hablaré de artes marciales y de una secuela que casi logra echar por tierra las buenas sensaciones que nos dejó su primera parte. Un año después del genial Yie Ar Kung-Fu (Imagine,1985) hizo acto de presencia en prensa y tiendas Yie Ar Kung-Fu II (YAKF2) para Commodore 64, Amstrad CPC o MSX entre otros. Imagine, como casa de software, siguió apostando por la continuación de la saga autorizando la firma del programa a Julian Horn, quien con este título abriría y cerraría al mismo tiempo su camino en el software para Spectrum. El resultado fue tristemente no solo prescindible, sino a ratos deprimente.
Cuando uno habla de Yie Ar Kung-Fu en el Spectrum está haciendo referencia no al mejor, pero sí a uno de los títulos imprescindibles de lucha. La conversión de la famosa recreativa de Konami fue trasladada hasta los 8 bits por Imagine, y fue la misma casa la que dio continuidad a la saga. Cuando uno juega a YAKF 2 se pregunta qué demonios pensaron los responsables de Imagine y sus programadores para publicar semejante desbarajuste con el nombre de Yie Ar Kung-Fu. Casos como este tenemos miles en nuestro preciado catálogo. ¡Benditos juegos mediocres! Pocas carcajadas.
La cinta corre en nuestro reproductor y una triste pantalla de carga augura lo que nos espera unos minutos de espera más tarde. El menú de opciones, al igual que la pantalla de carga, es indicativa de lo que es el juego en general. Opciones básicas de controles sin opción a redefinir y todo en un fondo negro con la tipografía propia del Spectrum en color blanco. Gusto cero. Si en el menú de opciones ya estaba la cosa apuntando esperaros al juego.
¡Sorpresa! Nada más comenzar se nos da la opción de elegir entre uno o dos jugadores. No está mal. Es un aliciente atractivo para el juego. Luego volveremos a ello. Optamos por la opción de un jugador y ¡voilá! No vamos a extendernos mucho en el juego porque tampoco es que haya mucho que contar siendo un juego de lucha. Eso sí, cada nivel comienza con una especie de previa a la pelea con el rival de turno. Nuestro luchador tendrá que cruzar algunas pantallas hacia cualquier lado para poder llegar al oponente. En el camino unos extraños seres voladores nos atacarán para robarnos algo de energía. Una vez sorteado el peligro toca la pelea en sí. YAKF2 cuenta con 8 luchadores a batir. Según nos dicen las instrucciones nuestro héroe es el hijo de Lee (imagino que será Oolong, el protagonista de YAKF), el luchador de Kung Fu que consiguió liquidar a la banda callejera Chop Suey a excepción de un miembro. El superviviente a Lee, Yen Pei (en el juego Li-Jen), consiguió reunir siete maestros de la lucha para asolar de nuevo la región china. La verdad es que eso es todo el juego. Los combates son insípidos, los enemigos (alguno se salva) también, ni punto de comparación con los magníficos rivales de YAKF. Un manejo poco acertado no ayuda y un movimiento realmente penoso todavía menos. Añadimos unos gráficos muy básicos, unos sprites poco conseguidos y la ausencia de melodía en todo momento. ¿Qué nos queda? A perro flaco todos son pulgas. ¿Puede que pese la herencia? Puede ser aunque pienso que si YAKF2 hubiera sido publicado con otro nombre hubiera fracasado igualmente. Lo que sí es cierto es el resultado, un juego menor, a explorar y poco más. En mi caso cuando logré jugar a él por primera vez me quedé de hielo. Me hice con los controles y lo acabé en un pis pas. Ahí acabó mi relación con este juego. Rejugandolo estos días la verdad es que las sensaciones son incluso peores que antaño. Tiene muy poquito aprovechable.
Para acabar de rematar la faena empecemos con el apartado gráfico (60/100). Los gráficos son de lo mínimo despachable en un juego, muy básicos. Los escenarios son cuatro en total, el del primer nivel y el último tienen un pase pero el del segundo, demasiado simple, y tercer nivel, mediocre, no pasan el corte. Representaciones para cumplir y vámonos que nos vamos. Al menos el color luce en algún fondo que otro. Los sprites de los luchadores es otro asunto a tratar, especialmente el del protagonista. Hay que ver lo que pierde un juego si el aspecto visual del personaje que controlas no te mola. En YAKF2 nuestro luchador, todo en color blanco, no parece que tenga piernas sino cuartos traseros. Para colmo el resto del sprite no es que sea una maravilla, por no hablar de la cara. Al menos consuela que los sprites de los enemigos sí que están bastante mejor, al menos algunos de ellos (como Yen-Pei, Po-Chin o Li-Jen).
Si los gráficos son mediocres el movimiento y el control del luchador tres cuartos de lo mismo (50/100). Para empezar el desplazamiento del personaje por la pantalla es bastante deficiente, con bastante intermitencia. Luego, frente a los numerosos golpes que podíamos endiñar en YAKF, aquí el repertorio es peligrosamente limitado. Una patada alta, otra baja y otra en el aire es todo lo que podremos dañar con nuestras piernas y eso no es todo, con nuestros manos tan sólo podremos ejecutar simple puñetazos al rostro ¿Dónde está el Kung-Fu? Porque en el original si se olía pero aquí ni rastro. Este escaso repertorio queda a merced de unos controles muy mejorables. No siempre acaba de salir lo que intentamos ejecutar y el sistema de colisiones entre los luchadores no es que esté a la altura ni mucho menos.
Una de las cosas buenas de este juego es que, de malo que es, te lo puedes acabar en un periquete. Parece que J. Horn se olía algo y decidió darle un final cuanto antes mejor. A poco que el jugador se haga con los controles el juego se acaba fácilmente (55/100) y es que los luchadores son bastante vulnerables si nos acercamos lo suficiente y les golpeamos repetidamente. Algunos de los rivales emplearán armas especiales como boomerangs, cuchillos o mortíferos abanicos, en otros casos seremos víctimas de ataques capilares (el primer enemigo nos pondrá a prueba con su larga trenza a modo de látigo) o gaseados con nubes.
Si la partida ya empieza a hacerse aburrida a poco de empezar nuestro martirio irá acompañado de una ausencia total de melodía en toda la partida, todo ello sólo salpicado con unos pobres efectos sonoros (30/100).
¿Originalidad? Ufff más difícil todavía (40/100). Quizá lo más destacable sea la opción de poder jugar a dos jugadores y la oportunidad de elegir controlar los tres primeros enemigos, algo que por otro lado pocos juegos de lucha por entonces ofrecían. También podemos coleccionar hojas de té en la previa al combate si derribamos a 3 de los enemigos voladores que pululan por la pantalla. Con la recolección progresiva de estas hojas nuestro luchador podrá obtener energía extra. Además es posible hacerse invulnerable a los enemigos si logramos recoger el cuenco de fideos que aparece cuando realizamos determinados ataques. He leído por ahí que YAKF2 es un Beat'em up. Qué queréis que os diga. Para mí es un juego malo de lucha, un refrito cutre del primero con la añadidura de esas transiciones previas a los combates y que ni siquiera tienen scroll. No señor Horn, no cuela.
¿Y que más? Pues no mucho. Bueno sí, un vistazo a la carátula del juego y quizá os suenen un par de detalles. El primero es que el mismo Bruce Lee aparece en él, bueno no Bruce, pero si una ilustración calcada de un fotograma de Juego con la muerte (1978), incalificable film en el que Lee tuvo un póstumo protagonismo en parte del metraje (sí, solo en parte porque tras su muerte se optó por rodar el resto de la película con dobles). Por otra parte uno de los personajes que aparece en el cartel (y último escollo en el juego) es peligrosamente parecido a Ming, el malo de Flash Gordon. Influencias que poco o nada tienen que ver con YAKF2 y que hacen este título más estrambótico si cabe. Y esperaros a lo que reza el cartel publicitario: «Otros ocho oponentes mortales a los que combatir mientras desarrollas tus habilidades karatecas y te conviertes en un maestro de cinturón negro. Auténticos movimientos de lucha con cuatro localizaciones diferentes que crean una atmósfera realista y sorprendente». Pobre de quién se lo creyera y comprara el juego.
WOS, o mejor dicho, sus usuarios, atribuyen a YAKF2 una nota de 4.05, bien merecida por supuesto. En la prensa escrita las críticas coincidieron en el estrepitoso tropiezo de Imagine. En la prensa patria creo que no hubo referencias a este título y si las hay apuesto todo mi dinero a que no son buenas. ¡Y ahora faltan las vuestras! Venga echad una partidita y escribid algo aquí abajo que no viene nada mal echar unas risas de vez en cuando a costa de nuestro querido Spectrum.
Y por hoy ya está bien. Espero que al menos hayáis esbozado una sonrisa (como un servidor ha hecho) recordando, rejugando o descubriendo este curioso pero prescindible título. Aunque su salida al mercado fue temprana, en 1986, ya había suficientes títulos en la palestra que harían palidecer tremendamente a este engendro de Imagine (por ejemplo International Karate o el colosal The Way Of The Exploding Fist).
Me despido tónica fresquita en mano y con el último disco de mis amados Faith No More sonando a mucho volumen. Hasta la próxima chicos. Ahora a disfrutar del verano.
Independientemente de la calidad del título, por cierto en general muy desconocido, el artículo es excelente como siempre Kidsaguf. Un placer siempre leerte.
Y para mí es placer escribir para vosotros. ¡Larga vida al ZX!
Yo este juego lo conocí por un numero de la revista microhobby,que venía de regalo en la cinta…normal…es muy malo
Yo lo conseguí igual que XN7 (y apostaría que la mayoría de la gente de por aquí), gracias a las cintas de MicroHobby. No conocía por entonces la existencia de esta secuela, siendo el Yie Ar Kung Fu, además de uno de los primeros juegos que tuve (el tercero diría), uno de los que más disfruté en mis comienzos spectrumeros. Como bien indica Kidsaguf, una decepción absoluta a todos los niveles (creo que se lleva una nota benevolente), tan sencillo de completar como indica.
Al contrario de lo que ocurriera con el primer Yie Ar Kung-Fu, esta secuela no llegaba desde los salones arcade. Se originó en el sistema MSX, donde Konami programó en Japón un juego excelente. Os recomiendo que le echéis un ojo a esta versión, puesto que se nota el mimo puesto por sus desarrolladores.
Este juego… sí, me lo confundo con Shao Lin's Road, y tengo recuerdos de habérmelo confundido un par de veces en el pasado. Deja-vú de confusión!
Lamento que los usuarios de Spectrum no hayan podido disfrutar este videojuego como lo hicimos los de MSX. Konami realizó una obra maestra por donde se la mire; gráficos, música (inolvidable, la recuerdo aún hoy), efectos de sonido, dificultad y jugabilidad. Todos esos atributos fueron llevados al límite de las posibilidades técnicas.
COmo muy bien dice J. Pinteño, al poco de caer en mis manos me lo terminé y adiós muy buenas, no así con su predecesor, al cual jugué durante años y siempre me pareció un gran juego de lucha.
Una vez más creo que se aprovecharon del nombre de un buen juego para sacar pasta, una práctica que sigue vigente hoy en dia.
YAKF2 no es malo en sí, pero comparándolo con la primera parte deja muchísimo que desear.