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Ace of Aces (1986) Paragon / U.S. Gold

Los simuladores de aviación han sido, de manera general, un género poco reconocido en nuestro querido Spectrum, al igual que lo han sido en otras plataformas de calado similar. No es de extrañar. Un simulador cuanto más preciso y completo más pide a la máquina y nuestros queridos Spectrums pese a estar en una forma envidiable por entonces no eran aparatos, no ya diseñados específicamente para jugar, sino para simular el funcionamiento de un avión. En muchos casos hubo que echarle más imaginación que otra cosa para completar ese porcentaje de simulación que nos faltaba y a pesar de ello se conseguía disfrutar de una u otra manera. Teníamos la oportunidad de sobrevolar bases enemigas, bombardear unidades militares, transportar tropas, recoger cargamento, patrullar o simplemente realizar un viaje de placer. Un sinfín de objetivos que cumplir a la par que un buen número de controles requerían nuestra atención para que aquello que pilotásemos, ya fuera un un caza, un bombardero o un avión de pasajeros prosiguiera su camino. Hoy me gustaría repescar uno de esos simuladores que sí estuvieron a la altura pese a las limitaciones.

Seguramente habrá otros simuladores que os gusten más o del que guardéis mejor recuerdo pero os invito a descubrir uno de U.S. Gold / Paragon muy muy digno y ¿Por qué no decirlo? Uno de los simuladores de aviación militar, no el mejor ni el más adictivo, pero indudablemente uno de los más completos vistos en Spectrum: Ace of Aces.

<I> Nuestro superior nos pondrá al tanto de cada misión.</I>

Hace algún tiempo que escribí sobre otro título de U.S. Gold / Paragon que incluía un simulador de vuelo. Me refiero a Infiltrator, un juego cuyo simulador guarda muchas coincidencias con Ace of Aces y que fue publicado un año antes del programa que hoy nos ocupa por la misma casa de software si bien se trata de una licencia adquirida a Artech Digital Productions. En esta ocasión nos subimos a la carlinga de un Havilland DH98 Mosquito, cazabombardero británico de la Royal Air Force (RAF) que puso en jaque más de una vez a las fuerzas nazis durante la segunda guerra mundial. Y es que este avión fue empleado en numerosas tareas tanto defensivas como ofensivas: patrullas nocturnas, ofensivas aéreas, tareas de escolta, ofensivas terrestres, misiones de fotorreconocimiento u ataques contra los temidos u-boots alemanes de Karl Dönitz sobre aguas del Atlántico. Es ese creo una de las virtudes del juego distribuido por U.S. Gold, reconocer y mostrar la versatilidad de esta máquina de guerra de los cielos.

<I> Dogfight!!</I>

Bien comenzamos la partida y lo hacemos en nuestros cuarteles generales donde nuestro superior nos dará a elegir en una pizarra mientras algunos de nuestros compañeros se fuma en puro. Primero podremos practicar algunas de las diferentes modalidades de combate para hacernos con los controles, luego podremos hacer fuego real en una misión de verdad. ¿Cuáles son nuestras alternativas? Bien, tenemos cuatro tipo de enemigos que afrontar: bombarderos alemanes, trenes de mercancía, submarinos de la Kriegsmarine y los misiles guiados V1. El jugador puede centrarse en uno de ellos o bien añadir más objetivos para la misma misión, algo solo para Topguns. Primera pega, los controles. No es que sean demenciales pero no dar la opción de definir y fijar QAOP y X como fuego no es buena idea. Pese a ello uno se acostumbra.

<I> Apresúrate a apagar el fuego un tu ala o empieza a rezar.</I>

Una vez elegidos nuestros blancos recibimos un informe de la inteligencia dándonos detalles sobre nuestros objetivos prioritarios, los blancos a atacar, las armas que necesitamos para ello así como las condiciones climatológicas que nos encontraremos. A continuación se nos presenta un mapa en el que podremos localizar los objetivos y los fenómenos meteorológicos a evitar en nuestra hoja de ruta. Por último y antes de subirnos a nuestro mosquito hay que seleccionar el armamento y dicha elección dependerá de la misión encomendada. Si nuestros objetivos son aéreos bastará con cargar mucha metralla y misiles. Por el contrario si nuestros objetivos son terrestres tendremos que reducir la cantidad de metralla y misiles y cargar nuestro avión con bombas lo que hace que el avión gane peso y sea menos maniobrable.

La verdad es que Ace of Aces da bastante juego incluso antes de comenzar la simulación. Una secuencia de imágenes nos ponen sobre aviso. Suenan las alarmas, nos ponemos en marcha, arrancamos el motor de nuestro mosquito, descalzamos nuestro tren de aterrizaje y damos el OK. Ahora a los cielos.

<I> Lucha a muerte entre las nubes.</I>

La primera imagen que tenemos de nuestro avión es la de la cabina. Al igual que en Infiltrator, Ace of Aces cuenta con numerosos parámetros para maniobrar si bien aquí los vemos distribuidos de otra manera. A primera vista no parece que tengamos muchas cosas que controlar: la brújula (para saber nuestra dirección), el indicador de horizonte (para comprobar el ángulo de nuestra aeronave respecto al horizonte), el indicador intercom (a través de él sabremos qué partes del avión están dañadas), un altímetro, un velocímetro y un radar para controlar a nuestros enemigos. A medida que hacemos efectivos los movimientos de palanca del avión, la palanca de la cabina responderá al mismo tiempo en pantalla (al igual que en Infiltrator).

La brújula se mueve gradualmente lo que da la sensación de suavidad y los displays de radar, velocidad y altura funcionan estéticamente.

<I> El mapa donde podremos localizar nuestra posición y la del enemigo.</I>

Hasta aquí bien pero lo mejor está por llegar. Pulsamos 2 o 3 y pasamos a la vista lateral. Aquí no solo vemos nuestra ala izquierda o derecha; además tenemos nuevos indicadores que vigilar y toquetear.

Para ajustar la potencia de los motores tenemos una palanca de motor en cada ala. Tiene varias posiciones y nuestro combustible se verá afectado en la medida que vayamos aumentando o disminuyendo la potencia. El jugador tiene también la posibilidad de cambiar el ángulo de las hélices de los motores con el booster. Tanto el booster como la palanca de motor han de usarse conjuntamente para alcanzar la velocidad que deseemos siempre teniendo en cuenta que puede producirse un sobrecalentamiento del motor y un incendio en nuestra nave como consecuencia de ello. Para esto último podemos echar mano del extintor; aunque ello no vaya a devolver la vida a nuestro motor evitará que nos vayamos a pique. Para controlar el timón de nuestro mosquito contamos con el dispositivo trim de manera que podamos mantener o ajustar el rumbo. Los flaps (las solapas ajustables de cada ala) juegan igualmente un papel importante pues con ellos podemos reducir la velocidad del avión rápidamente. Bien, todos estos ajustes se encuentran por duplicado, es decir, uno por ala así que no nos vamos a aburrir ajustando botoncitos y palanquitas.

<I> Carga tu mosquito hasta las trancas, te va a hacer falta.</I>

Una de las cosas que echo de menos en este simulador es la completa sensación de libertad, empezando por el reglamentario despegue inicial porque la partida siempre empieza en el aire. A ello sumémosle que la maniobrabilidad del avión no es libre al 100%. Por ejemplo, no podemos poner el avión boca abajo ni hacer locas acrobacias. Aún así disponemos de todo un mapa para movernos a nuestro antojo; podremos sobrevolar buena parte del Reino Unido, Francia, Holanda, Bélgica y por supuesto Alemania. Y no solo, la guinda del pastel son los bombardeos. Para ejecutarlo hay que desplazarse primero hasta la pantalla de la bodega, ahí podremos abrir la compuerta para poder descargar todo nuestro arsenal. A través de una perspectiva cenital nuestro artillero soltará el lastre mortal que consideremos oportuno pero antes de bombardear nada tenemos que guiarnos por el mapa y una vez sobre el objetivo reducir altura a menos de 1.000 pies y ajustar nuestra velocidad a 100 millas por hora. Será entonces cuando podamos abrir la compuerta y atacar.

U-boots o trenes serán algunos de nuestros objetivos a destruir. Los ferrocarriles alemanes son recorridos por trenes repletos de prisioneros y nuestra misión es la de parar los trenes así que habremos de afinar la puntería para destruir la locomotora y no los vagones con prisioneros. Los submarinos son algo más quisquillosos, una flota de ellos se dirige al Atlántico Norte así que tenemos que pararles los pies. Desgraciadamente si nos aproximamos a ellos y erramos el tiro el submarino se sumergirá y no volveremos a verlo más.

Otra de las misiones es la de las bombas V-1, a las que tenemos que dar caza desde la cabina. Dichas bombas son más lentas que los cazas alemanes pero una explosión cercana y seremos carne muerta.

<I> Al rescate de prisioneros aliados.</I>

Estéticamente Ace of Aces es atractivo a los ojos. La cabina, aunque no les quedó tan espectacular como la de Infiltrator, no luce mal. Las vistas laterales del avión son fantásticas con ese motor a toda pastilla y el fondo en movimiento. La multitud de botones, palancas o indicadores están bien distribuidas y diseñadas. Ya fuera del avión, las vistas desde la cabina dejan ver una sucesión de nubes muy bien conseguida y las escenas de bombardeo sin ser una maravilla cumplen sobradamente.

A la hora de controlar el avión la cosa se tuerce un poco. Como ya comenté la sensación de libertad no es completa en Ace of Aces porque no podemos hacer lo queramos con nuestro avión. Ello resta algo de encanto porque si hay algo que uno quiere ver en un simulador de la segunda guerra mundial son piruetas imposibles en duelos épicos. A ello hay que sumar una dificultad bastante alta tanto por los ataques enemigos como por la facilidad con la que nuestro avión puede fallar y es que son muchas las causas que pueden provocar que acabemos la partida antes de tiempo: desde un incendio en un ala, un flap atascado, un sobrecalentamiento del motor o un balazo en la cabina, por citar algunas.

<I> Bombardeando submarinos de la Kriegsmarine.</I>

Pese a esa falta de total libertad, el simulador nos ofrece una original propuesta. Parece que U.S. Gold quisiera dar continuidad al gran The Dam Busters (que vio la luz un año antes) con Ace of Aces pero a decir verdad no les quedó tan redondo como el primero. Eso no es óbice para considerar Ace of Aces un más que digno simulador de una época en la que programar simuladores de vuelo con tanta carencia de máquina resultaba casi heroico. Hoy día tenemos a nuestro alcance simuladores de aviación tan acojonantes como IL2 Sturmovik, Wings of Prey o Microsoft Flight Simulator, todos reminiscentes de los viejos simuladores que empezaron a dar tralla en los 80: The Dam Busters, Fighter Pilot, Ace of Aces, Infiltrator, Skyfox, Fighter Bomber, F-16 Combat Pilot, F-15 Strike Eagle, ACE, ACE 2, Topgun o el apreciado por muchos Flight Simulator de Psion (AKA Simulador de Vuelo) con el que muchos empezamos a enterarnos de qué iba esto de los simuladores.

Una lástima que este fuera el último simulador que Paragon creara para Spectrum porque intención y ganas le ponían. La mayoría de simuladores de vuelo en Spectrum han envejecido prematuramente por razones obvias (al menos la mayoría) aunque creo que pocos géneros han sabido sacar tanto partido a la máquina y poner en el límite tanto al programador como al jugador de turno, acordaos simplemente de las instrucciones cuya extensión echaba para atrás hasta el más pintado. Solo por eso se hace necesario revisitar programas como Ace of Aces, juegos que son ya tan antiguos como los aviones que en ellos podemos pilotar y que auguraban una futura y brillante simulación que no tardaría en llegar. Momento de aterrizar chicos. Hasta la próxima. Salud y píxeles.

<I> Aquí base delta a mosquito, está rodeado, repito, está rodeado.</I>

Una original propuesta

Gráficos - 80%
Movimiento - 60%
Sonido - 75%
Jugabilidad - 75%
Adicción - 80%

74%

Uno de los simuladores de aviación militar más completos.

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kidsaguf

Desde siempre fascinado por los videojuegos, fundamentalmente por la etapa de los 8 bits. El ZX Spectrum le abrió un mundo que desconocía y al que hasta el día de hoy sigue volviendo encantado a pesar de los años.

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