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MASK (1987) Gremlin Graphics

Saludos al respetable. Para hoy me gustaría hablaros de un título que pasó a engrosar la jugosa nómina de juegos basados en series animadas de televisión en nuestro querido ordenador, hablamos de MASK, publicado por Gremlin Graphics allá por 1987, dos años después del estreno de la serie y momento en el que la producción de la misma cesó pues solo duró dos temporadas en emisión. Curiosamente la serie estaba basada a su vez en una serie de muñecos de juguete de la empresa americana Kenner.

Kenner fue muy conocida en la península por sus figuras sobre la saga Star Wars en los 80. A la derecha la caja del Thunderhawk, el vehículo que pilotaremos en MASK.

Gremlin, que hasta 1987 no tuvo a bien publicar programas con licencia televisiva/cinematográfica, se estrenó ese curso con Basil the Great Mouse Detective y el citado MASK. Decir que el juego está cimentado en la producción televisiva del mismo nombre y que se sumergía en las operaciones de un comando de ataque dirigido por vehículos blindados, de ahí su nombre: M.A.S.K. (Mobile Armored Strike Kommand). Dicho comando especial es dirigido por Matt Trakker en su lucha militar contra la organización criminal V.E.N.O.M. (organización del despiadado mal para el caos). La serie, más centrada en la exposición de vehículos y su armamento que en la trama y desarrollo de personajes fue una co-producción franco-americana que no llegó a España, de ahí que aquí quizá nos sonara a través de la distribución del juego a través de Erbe en la península. Una de los principales atractivos de la serie, además de los vehículos, eran los cascos de los miembros del comando protagonista y los villanos (llamados “masks”) y su espectacular diseño.

Matt Trakker a los mandos del Thunderhawk en la serie animada.

MASK fue programado por Stuart Gregg y Tony Porter. Kevin Bulmer se encargó de la parte gráfica mientras que Ben Daglish, uno de los activos más productivos de Gremlin en su época ochentera, dio luz a la parte musical y sonora. Pasando al juego en sí, nos ponemos en el pellejo de Matt Trakker para rescatar a los activos de nuestro comando a lo largo de cuatro niveles y poder combatir así los planes de V.E.N.O.M. Planteado desde una perspectiva cenital, nos ponemos a los controles de Thunderhawk, el poderoso vehículo de Trakker, un potente coche equipado con cañones. En el primer nivel tendremos que buscar nuestro propio casco o máscara y luego rescatar a un agente y recuperar su máscara. Para hallar el paradero de cada agente hay que localizar cuatro llaves que podrán activar el escáner que tenemos en la parte superior de nuestro interfaz y que delata la posición del mismo. Una vez con las llaves en nuestro poder hay que buscar el propio escáner y por último al agente. Por el mapeado también podremos toparnos con llaves falsas así como bombas para combatir las fuerzas de V.E.N.O.M. que no cesarán en su empeño de dejar nuestro contador de daño al máximo.

Tony Porter, encargado de convertir la versión de Amstrad a Spectrum.

Visualmente MASK juega con unos gráficos bien tratados en los que cada nivel se ve marcado por el dominio concreto de un color distinto (el amarillo en el primero, rojo, blanco y verde en los siguientes) y en los que la interfaz reduce al area de la pantalla dedicada al juego. Lo más destacable de MASK es su jugabilidad y es que el control del Thunderhawk es ciertamente para jugadores habilidosos y pacientes gracias a la incercia que el vehículo adquiere cuando coge velocidad. Ello hará que en ciertos momentos tengamos que actuar con pericia para colar el coche por pasos estrechos en los que varios enemigos nos acechan al mismo tiempo. El scroll está conseguido y, puesto que el número de elementos activos en pantalla no es elevado, se deja llevar bastante bien, aún más cuando el Thunderhawk está solo en pantalla. Quizá sea el hecho de que tras perder una vida tengamos que reiniciar la búsqueda de las llaves y su posterior ensamblaje es lo que más me ha echado para atrás de MASK, y es que entre que las llaves están diseminadas por todo el nivel, que algunas son falsas, que tenemos que dejar algunas para poder adquirir otras y luego dar con el ensamblaje en el orden correcto pues, la verdad, se hace algo tedioso repetir todo el proceso. Por suerte a lo largo del mapeado nos encontraremos en ocasiones con items que permiten reparar el Thunderhawk si bien veremos como más de una vez nos la jugamos buscando dichos items mientras la presencia de enemigos es cada vez mayor. A pesar de ello, el título de Gremlin es divertido y frenético por momentos y propone una dinámica de juego en la que se mezcla la conducción, disparos y la resolución de puzzles.

Nivel 1. El helicóptero no es del tulipán. Este viene a dejarnos otro tipo de regalo menos agradable.

El primer nivel del juego nos situa en un páramo desértico y ruinoso donde multitud de tanques y otros vehículos futuristas no los pondran crudo a nivel terrestre. Por si fuera poco desde las alturas un helicóptero al más puro estilo “Spy Hunter” nos hará una visita de vez en cuando para soltar una bomba bastante potente encima de nuestro flamante coche. El nivel incluye alguna entrada secreta que tendremos que descubrir haciendo uso de nuestras bombas para así poder completar el resto del mapeado. A medida que avanzamos por los diferentes niveles conoceremos nuevos enemigos, algunos inesperados como criaturas prehistóricas (en el segundo nivel, donde viajaremos al pasado), y comprobaremos como la dificultad se dispara en nuestra tarea recolectora de máscaras y agentes. Dentro del apartado sonoro tendríamos que remitirnos a la versión 128 K’s del juego que es la incluye la melodía propia del juego en todo su esplendor además de los pertinentes efectos sonoros. Por cierto la melodía es la misma de la serie televisiva y resulta bastante pegadiza. En la versión 48 K’s los beeps del procesador z80 hacían lo que podían pero el resultado respecto a la melodía sacada del chip AY-3-8912 estaba a años luz.

Máscara de Matt Trakker, la primera que hemos de recuperar.

Aunque MASK no fuera un juego para tirar cohetes tuvo la virtud de traernos a nuestros televisores de tubo las aventuras de Matt Trakker y los suyos con cierto tino en forma de videoaventura. Microhobby en su número 159 resaltaba la originalidad amén del movimiento y la dificultad y le concedia una generosa crítica por su propuesta al mezclar arcade y video-aventura.

Uno de los redactores de Crash, en su número 45, puntuaba con un 85/100 el juego de Gremlin: “Los juegos basados en juguetes famosos nunca han funcionado antes, Transformers y Challenge of the Gobots fueron decepciones, pero MASK parece que enmedará esto con un shoot’em up con resolución de puzzles. Está bien diseñado, bien ejecutado, es enormemente jugable y posee suficiente acción como para evitar devanarnos los sesos demasiado. Controlar el Thunderhawk al principio puede ser frustrante pero cuando superamos la inercia ésta se vuelve muy útil (especialmente cuando esquivamos las piedras en Boulder Hill)”. Curiosamente otro redactor de la misma publicación encontraba MASK demasiado tedioso, la mayor parte del tiempo te la pasas intentando hacerte con el control del coche. Los gráficos por capas dan una fuerte sensación de tres dimensiones pero la falta de color desmerece la atmósfera de las diferentes épocas que representan cada nivel”.

El Thunderhawk deberá penetrar en agostos pasajes en los que algunas trampas nos esperan.

Sinclair User Magazine acertaba afirmando que “de lejos la parte más complicada es ensamblar las llaves de seguridad […] El único punto negativo es que la gente se aburra al ser incapaz de lograrlo y pueda pensar que MASK es simplemente demasiado complejo como para molestarse”.

The Games Machine no veía con buenos ojos el multicarga para la versión 48 K’s aunque sí reconocía que el carácter monocromo del juego funcionaba bien además de su jugabilidad: “Todo esto puede que atraiga tanto a adictos de los shoot’em up como a fans del comic y de las figuras de juguete”.

Por último Your Sinclair fusila con un discreto 6 al título de Gremlin: “Como juego arcade no es muy bueno. Los controles se sienten un poco lentos, siendo benévolo, y la jugabilidad rápidamente se vuelve tediosa […] Si no eres seguidor de MASK, entonces me lo pensaría dos veces antes de elegir este juego. Hay arcades mejores y tan solo la licencia no hace que merezca la pena”.

Ensamblar las llaves puede llegar a ser algo frustrante cuando tenemos alguna llave falsa en nuestro inventario.

De entre todas estas valoraciones algo nos queda claro sobre MASK, se trata de un programa que suscitó tanto alabanzas como críticas. Por un lado, un desarrollo dinámico donde poner a prueba controles ciertamente complicados y pericia además de paciencia con los puzzles. Por otro lado un desarrollo de partida algo lastrado por lo tedioso de repetir todo el proceso si perdemos una vida. El multicarga en la versión 48 K’s resta mucho encanto también y por si fuera poco, bicheando un poco por la red, he encontrado que el juego contiene un bug en el tercer nivel en el que nuestro vehículo es barrido por un torbellino. Nada que un buen poke no pueda arreglar (POKE 41721,201).

Si indagásteis en MASK y seguísteis con interés el juego probablemente sabréis que hubo dos partes más. Gremlin empezó a trabajar en la secuela inmediatamente y ésta, MASK II, llegó el mismo año de la salida de la primera parte. Un año después, en 1988, MASK III: VENOM Strikes Back cerraba la trilogía de Matt Trakker y su comando. Dos juegos que nada tienen que ver en mecánicas con la primera parte y que también merecen ser rescatados para una posterior review. Todo se andará. Hasta aquí lo de hoy señores. Salud y píxeles.

Publicidad de MASK el año de su salida. Un cartel publicitario muy atractivo que seguro enganchó a más de uno.

La primera de tres entregas con la que Gremlin nos traía la lucha entre M.A.S.K. y V.E.N.O.M.

Gráficos - 75%
Movimiento - 80%
Sonido - 80%
Jugabilidad - 75%
Adicción - 70%

76%

Una mezcla entre arcade, shoot'em up y resolución de puzzles con altos y bajos.

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kidsaguf

Desde siempre fascinado por los videojuegos, fundamentalmente por la etapa de los 8 bits. El ZX Spectrum le abrió un mundo que desconocía y al que hasta el día de hoy sigue volviendo encantado a pesar de los años.

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