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Pirateando con el Spectrum

Sí, amigos, un artículo sobre una actividad totalmente ilegal, despreciable, pero no sobre lo que acontece hoy día, sino sobre los felices 80. El arte del pirateo era una actividad desde luego lucrativa para algunos, pero sobre todo era parte de la cultura videojueguil de la época y en su vertiente más social. No era una ocupación onanista como hoy día, en la que uno se mete en su PC y se dedica a preparar tarjetitas SD, USB con firmwares modificados o pasa las horas localizando torrents. Antes era una ceremonia.

Copiar un cartucho de Phillips Videopac podía ser una tarea un poco dura para los niños de entonces: localizar una carcasa, reproducir un circuito integrado, etc.. Incluso era caro o inviable para un pirata profesional. ¿Pero copiar un cassette de audio? Eso era pan comido… aunque no siempre. Las horas de colegio eran las indicadas para comentar nuestras adquisiciones: el padre de un amigo compró en el rastro tales juegos, pues a mi padre le han pasado en la oficina tal cosa, ¿me pasas el juego que te regalaron en tu cumpleaños?, ¿y por qué no te lo compras tú, cabrón, que a mí me ha costado dinero?, venga que te lo cambio por otro original mío, etc etc etc. Tras las clases, merienda y quedas en la casa del amigo, o en la tuya. Se conecta el Spectrum y a copiar juegos.

Por supuesto antes está muy bien probarlos y degustarlos con alguna partidilla, para después conectar dos cassetes al Spectrum y mientras un aparato reproduce, el otro copia directamente el audio con la pequeña tara de un ruido de fondo durante los silencios. A veces ocurría que “Oye, no sé si funcionará porque tiene carga Turbo”, aunque se copiaba relativamente bien si no reproducías a mucho volumen, por aquello de tener el mínimo ruido posible de fondo. “Ostras, tío, mira esta carga, es con rayitas de colores y te detecta el ruido de fondo.” Efectivamente, una carga extraña que durante los (intencionados) silencios de la cinta original traduce el ruido de fondo en “rayas”. Si éstas son anormales, la carga falla. Al final de la vida del spectrum había cargas con minibloques que incluso permitían rebobinar si fallaba la primera carga y volver a intentarlo desde la mitad de la grabación. Todos esos sistemas requerían de medidas especiales.

“Vamos a usar la cadena de mi padre”.- En los salones había fastuosos equipos musicales de nuestros padres, esas dobles pletinas Technics o Sony que podían grabar una cinta con gran perfección. “¡Ahora sí que carga!” Ante problemas desesperados, soluciones brillantes.

No era siempre necesario recurrir al rápido pero cutre métoco de la “copia directa vía Spectrum” ni a la super-cadena del salón. Estaban los copiones. Programas que se encargaban de volcar luego el programa a la cinta de destino. Al grabar del Spectrum pero sin proceder el sonido de la cinta original, se obtenía una mayor calidad y ausencia de ruido de fondo. ¿Cómo se llamaría aquel copión, que tenía varias opciones en una pantalla azul? Sí me acuerdo del mítico TC7: “Aquí tienes las instrucciones. Es chungo de usar porque no tiene menús”.- me dijeron, “pero te lo copia todo, tío, las cargas rápidas de Dinamic, los turbo de Ultimate…” Y era cierto, incluso pude “limpiar” alguna copia horrible de algún juego de esas que a veces cargaban y a veces no.

¿Qué tipos de copia teníamos en nuestra cintoteca? Esas del rastro, cintas sin marca, negras, con una fotocopia cutre que casi no se veía. El sonido era a veces espantoso, incluso en ocasiones era imposible que cargaran: las ponías en audio normal para escucharlas y es que sonaban como una viejecita con neumonía. Casi todas estas copias no eran reproducciones del original sino volcados de memoria hechas con un interface. La pantalla de carga era por ejemplo el propio menú, que cobraba vida tras la carga como por arte de magia. ¿Recordáis esta fotocopia, este curioso diseño? ¿Os produce algún tipo de shock familiar? Es que había piratas que imprimían su propio sello… Todo un sello “Original Anexo”.

cinta pirata Spectrum

Teníamos también copias de esas generosas en ruido de fondo. Era imposible saber cómo conseguían cargar, porque tras la cabecera el sonido era ensordecedor, como un tornado magnético de Clase 5 que amenazara la costa de Florida. Y esas copias “temblonas”, fruto del movimiento cutre de la propia cinta, que parece que en cualquier momento van a fallar. Y sí, esas copias que te hacían exclamar “¡Pues antes cargaban!” ante un reseteo indeseado. “¡Mamón, te he dejado la cinta y me la has jodido! ¡Seguro que la has dejado encima de la tele!” O de un altavoz. Un micro-corte que antes no estaba… Por cierto, a mí nunca me pasó lo del efecto altavoz, y de hecho ¡todas mis cintas siguen cargando perfectamente! ¿Cuál era la vida media de los DVD? Espero que sea al menos igual al de una cinta de Spectrum, me doy con un canto en los dientes.

Y luego, amigos, estaba la cinta que parecía legal pero no lo era, porque te la comprabas en el quiosco. ¿Quién iba a pensar que aquellos coleccionables de Monser que te traía tu padre el domingo por la mañana era un pirateo en toda regla? Hipócrates Soft… Pero qué jeta. Desde luego no teníamos muchas veces ni idea de que eran juegos comerciales que ya existían. El Galax era el Xadom. El Fumigator era el PSSST. El Infiltrado era el Androide 1. Pero el líder en rebautizados era Load N Run, cuyos “renombradores” a veces tenían episodios de ictus cerebrales que les hacían escoger títulos propios de telenovela venezolana. Porque vamos a ver, en vez de “El Zorro” elegir “El Corrrrsario Negrrrro”… Si es que puedo escuchar la voz de Hugo Chavez. O en vez de Gift From the Gods, precioso título, poner “Deeecissión Divvvvina”. Por favor, haberlo llamado directamente “Soy tu dueñññña”.

La imaginación en los nombres no acaba aquí. En otros casos directamente se acababa. Winter Games es… pues “Juegos de Invierno” que para qué pensar más. Y si “One on One” es uno más uno, pues llamémosle Dobles y ponemos a “Super-Epi” y a Wayne Brabender en lugar de Larry Bird y el Dr. J., porque viene a ser lo mismo. El punto más fructífero de ingenio fue buscar un sinónimo de “Indiana Jones” para el desconocido juego Hermes Coll: el redactor de Load N Run eligió el mítico… “Okhlahoma Chons”. Clap clap clap. No tengo palabras.

Nunca la piratería tuvo tanto glamour, tanto contenido familiar y fraternal como en aquella época. Podíamos recordar tanto el momento en que nos regalaron tal original, o el momento en que quedamos con fulanín para grabarnos el último lanzamiento de Dinamic. Incluso hay hoy día coleccionistas y vendedores de Ebay que, por la inercia de aquellos tiempos, todavía ofrecen copias piratonas de calidad movidos por la nostalgia. Leed la polémica originada por unas supuestas copias falsas del Yenght y el Saimazoom para pasar un buen rato viendo fotos de diversos muarés y cintas de todo tipo. Yo que tengo varios originales de Dinamic, y tras ver la polémica, he de decir que parecen más falsas que un duro de madera pero sólo por este mítico hilo de mensajes yo las doy por buenas XDDD.

Piratear, queridos amigos, es malo. Pero nunca fue tan divertido como en aquellos años.

jmv

Jesús Martínez del Vas (1973) es Arquitecto, Dibujante y una de las personas que más sabe del Spectrum. Nos ilustra con su arte y sus conocimientos tanto en la web, con interesantísimos artículos, como en el Podcast con sus charlas que nunca querrías que terminaran. También es un ávido coleccionista que cuenta con uno de los más completos catálogos de cintas de Spectrum en nuestro país. Responde al nick JMV, vive en Madrid y lo encontraréis por aquí casi seguro junto a un lápiz y un cassette.

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21 comentarios

  1. Gran artículo JMV… para no variar ;-). Es curioso que las revistas creaban ellos mismos los copiones (microcopy, duplitape, etc…) y luego decian que no se debian copiar juegos piratas :-P… escudandose en el tema de la copia de seguridad … ¿en serio pensaban eso? je,je. La verdad es que yo siempre preferia copion porque limpiaba el sonido, tragon, duplitape y mastercopu fueron los que mas usé.

    Un saludo
    T.BRazil

  2. ¡Qué buen artículo!Leche, ya ni me acordaba de los copiones…En mi ciudad no había rastro ni mercadillos donde conseguir programas, así que hasta la bajada de precios a 875, una auténtica revolución, la chavalería nos la teníamos que ingeniar con el boca oreja, tensas negociaciones de patio de colegio, y unos medios casi siempre precarios. Por ejemplo, el primer reproductor de cassette que yo tuve para el Spectrum era uno de coche del Renault R10 de mi padre con un adaptador de corriente de 220. Otro amigo tenía uno que grababa y con los cables del Spectrum, los conectábamos y rezábamos para que el sonido fuera decente. Cuando me pude pillar el primer Computone, era como si me hubieran regalado un Rolls Royce. Meses después, el padre de un amigo compró una cadena de aquellas de Amstrad con doble pletina por 30 mil pelas rompieron el mercado, que se vendieron tanto y hacíamos cola en su casa para copiar los juegos. Por fin, en la nochevieja del 86, mi padre compró una Sanyo y se acabaron los problemas con las cargas turbo o hacer cola escuchando los pitidos de los bits por los altavoces a bajo volumen (por cierto, que el otro día la conecté y aún funciona perfectamente, dudo que pueda decir lo mismo delos electrodomésticos que hay ahora en mi casa dentro de 25 años). Un año más tarde apareció, como díría Guardiola, el puto amo. Un tío del colegio que se compró en Madrid un transtape. Llegaba a tu casa con el maletín lleno de juegos y cobraba, poniendo tú la cinta, 200 pelas por programa, 500 por tres. A mí me fascinó el aparato aquel, hasta reuní el dinero para comprarlo, el problema era que no lo vendían en mi ciudad, y lo pedí a una empresa de informática y me trajeron una mierda de cassette en su lugar, con la promesa de subsanar su error y cambiármelo cosa que nunca se produjo, la tienda cerró y yo aún tengo el aparato (que también funciona). Me obsesioné tanto con el Transtape, que no paré hasta hacerme con uno el año pasado, carecía de sentido, pero fue una victoria moral, no sé, me sentí bien.Ah, y haciendo la entrevista a Francisco Charte para EMS hace unos meses, me contaba como copiaban programas de Spectrum…con una emisora de radioaficionado. Eran tiempos de imaginación y cintas TDK…

  3. Hace mucho que os sigo pero hasta hoy nunca había intervenido. En primer lugar felicitaros por el magnífico trabajo que hacéis, tan evocador. Yo soy el 71, y disfruté como un enano con el Spectrum. En mi ciudad, pequeña, tampoco había mercadillos y teníamos que apañárnoslas como podíamos. Yo no tenía un duro, así que pocos juegos originales llegué a comprarme. La mayoría eran cintas de las publicaciones especializadas, pero había también muchas con juegos pirateados. Empecé comprándolas a algún otro chaval del pueblo, y terminé, no recuerdo cómo, vendiéndolas yo mismo. Recuerdo que me carteaba con otros chicos de Bilbao, Sevilla, Madrid, etc… y les realizaba pedidos de juegos pirateados. Mi memoria no es muy buena, pero creo recordar que pedía cintas de 60 mins completas. Si no me equivocó, cabían sobre los diez juegos, ¿es posible?. Pagaba por cintas: una cinta, diez juegos, x pesetas. Yo escogía los juegos de entre las listas que antes me habían remitido por correo. Nos juntábamos dos o tres amigos y la pagábamos entre todos. Después, con copiones, terminábamos haciendo nosotros lo mismo. Incluso llegábamos a modificar la pantalla de carga con alguna firma distintiva. Qué lástima no haber guardado nada de aquella correspondencia, aquellos listados fotocopiados repletos de nombres de juegos…
    Mi padre era radioaficionado, y tenía emisoras de 27mhz y de 2m. Y como comenta sorceneger, también recuerdo haber copiado algún que otro juego a través de la emisora: cargaba el copión en el Spectrum, conectaba la emisora a la entrada de audio, se emitía el juego, y si había suerte -pocas veces-, ya tenía el juego. Pero bueno, era difícil porque la señal tenía que llegar muy nítida y cualquier pérdida o corte fastidiaba el invento. Esto de la emisora lo he recordado muchas veces con la llegada de Internet y la descarga de programas: ¡nosotros ya lo hacíamos entonces, hace tantos años!
    En fin, que un saludo para todos. 🙂

  4. Muy buena la entrada y los comentarios. Yo la verdad es que en mi tierna infancia ni me planteaba de dónde salían los juegos. Que me daban una cinta, pues a copiarla y p'alante. Que alguien la quería, pues tómala. ¿Cómo iba yo a pensar que detrás de aquellas magníficas pantallas de carga y tardes de ocio había una o varias personas que comían de eso? Para mí los juegos eran como el aire que respiro, algo que simplemente estaba ahí y de lo que podía disponer para mi uso y disfrute.
    Gracias a Dios, a día de hoy ya soy un hombre hecho y derecho (o eso pretendo) y la piratería de videojuegos ha pasado a mejor vida.
    Es siempre una alegría visitar esta web y recordar los tiempos pasados en los que todo era más sencillo e inocente (o al menos a mí me lo parecía…).

  5. Perdón por repetir, pero se me olvidó decir que yo nunca vi un copión. Siempre escuchaba hablar de ellos como ese oscuro objeto de deseo que alguien tenía pero que nadie había podido ver ni usar. Un aparato con unas funciones tan espectaculares que parecía mentira que existiera.
    Pero en fin ya veo que no sólo existían realmente sino que algunos tenían más de uno, ¿eh tbrazil? 😉

  6. Ayyy….qué tiempos…

    En mi ciudad no había rastro y los únicos que vendían software de 8 bits en la plaza España eramos nosotros. Eso si, con software original, del que nos sobraba vamos, y todo gracias a que uno del grupo nos calentaba la cabeza con los peligros de piratear y que nos iban a detener y bla bla bla. Nos acojonó tanto que se nos quitó por la cabeza llevar juegos copiados a vender.

    Recuerdo haber utilizado los siguientes copiones en la época: ultracopy, el tc7 y el mm2. Cansado ya de tanto usarlos y de tener que tardar el doble, me compré una doble pletina. Al cabo de haber grabado unas 10 cintas me volví al método original usando copión ya que, en comparación, la lamentable calidad que ofrecía el método de copia de cinta a cinta no me convenció.

    Qué tiempos!!!

  7. Y perdonad por repetirme, pero jmv (por cierto, excelente artículo una vez más) comenta que usaba el tc7 para los turbo. Yo creo recordar que para los turbo el mejor era el mm2 y el tc7 iba muy bien para las cargas estas típicas de Firebird con multicabeceras o así. ¿Las recordais? Y creo recordar que el tc7 lo usaba para estas cargas.

    Pero no sé, corregidme si me equivoco, porque después de tantos años…ufff como corre el tiempo y que poco lo hacen ya las neuronas 😉

    Saludos!!!

  8. Si vivías en Madrid y tenías un Spectrum, con un 99% de seguridad que sabías lo que se cocía en el Rastro 😉 Hasta yo he ido a comprar juegos allí con mejor o peor fortuna.

    E iba por una sóla razón: no podía permitirme comprar originales. Tuve un Spectrum casi de casualidad como para comprar jueguecitos.

    Ibas allí a por la novedad del momento, porque para los que ya habían salido anteriormente estaban las cintas de 60 y 90 plagadas de juegos por ambas caras.

    Usé un copión buenísimo que no recuerdo cómo se llamaba pero tenía una opción muy curiosa: cargar en la zona del propio programa del copión. Cuando el bloque era muy grande, el copión era capaz de sacrificarse por cargar el bloque y al final grabarlo en su último aliento, después tenías que volver a cargar el copión porque se quedaba el ordenador en estado catatónico 😉 No sé si era el TC7 o cuál, pero para mí era Dios.

    Sí, yo copiaba, como la amplia mayoría y había negocio, mucho, pero es cierto que el "valor añadido" de la copia original marcaba la diferencia. Ahora entre un CD original y uno grabado en casa con su caja comprada en los chinos y la carátula sacada por impresora a color en papel de alta calidad, no hay apenas diferencia. Eso es lo que mata a la industria, que el producto original no merezca tenerlo.

    Una última cosa: recuerdo que me contaron que había un programa de radio que "emitía" juegos, que los podías grabar en una cinta ¿es cierto o me engañaron como a un bobo? Es como lo que cuenta Ostrata más arriba pero en plan "industrial" 😉

  9. El programa, creo recordar, era el "mister chip" de la cadena COPE.
    Intento recordaar si llegué a grabar algún juego pero creo recordar que todos (al menos a mí) se reseteaban tras la carga. Y no recuerdo si eran juegos siempre o aplicaciones. Estaría bien contactar con la persona que emitia el programa.

  10. Aunque no sea pirateo propiamente dicho pero sí un método de distribución bastante curioso, ¿recordais aquella lámina circular de vinilo que distribuyó Microhobby con una de sus revistas que había que poner en el tocadiscos y grabarlo en una cinta?Yo al menos nunca conseguí hacerlo funcionar…

  11. Aunque no sea pirateo propiamente dicho pero sí un método de distribución bastante curioso, ¿recordais aquella lámina circular de vinilo que distribuyó Microhobby con una de sus revistas que había que poner en el tocadiscos y grabarlo en una cinta?Yo al menos nunca conseguí hacerlo funcionar…

  12. El famoso discoflex, distribuido con la Microhobby nº 37. Creo que la mayoría de nosotros no consiguió hacer funcionar ese invento.
    Por cierto…¿Alguien conserva todavía uno? Yo no lo tuve en su día porque hasta diciembre de aquel año no me regalaron el spectrum, pero lo tenía un amigo y no lo conseguimos hacer rular. Luego cuando me regalaron el ordenata mi colega me lo prestó a ver si me funcionaba a mí, y nada, tampoco hubo suerte.

    Lástima que no conservaramos ese inútil discoflex para la posteridad.

  13. Vaya recuerdos. Yo escuchaba el programa Mister Chip, que comenta sejuan. La verdad es que era muy bueno y te ambientaban los juegos con una música acorde al juego y, hablando del tema, había mucho tongo. Yo fui a comprar alguna novedad que otra, y lo que había grabado en la cinta, era una música casposa que adivina que grupo o cantante era.

  14. Efectivamente el Tc7 copiaba Turbo sin problemas, entre otras muchas cosas. la clave era saber usarlo, claro, con aquel extenso manual. Y si, el Tc7 podia autodestruirse para copiar programas que ocupaban incluso su propia zona de memoria. tras ello, el copion solo te permitia usar una tecla para volcar el programa a cinta. Tras eso, quedaba bloqueado y solo cabia hacer reset. El Tc7 era, sin duda, el Dios de los copiones.

  15. Deatchase: es que er a muy fácil conseguirlos.. y encima revistas como Microhobby puso varios de ellos en la propia revista diciendo que era para hacer copias privadas… era inveitable que tambien se usaran para copiar juegos de otras personas je,je

  16. Yo las copias las hacía con el Duplitape, aquel programa que publicó microhobby en la revista, y que había que currarselo tecla a tecla para poder disfrutarlo.

    Yo como soy de Móstoles, en vez de ir a cascorro a comprar los juegos, se los compraba a alguien ya mítico de mi ciudad: El Salva.

    Este señor aparecía todas las tardes y sábados por la mañana con una mesa de camping sobre un carrito con ruedas y un par de cajas petadas de juegos. Montaba el chiringuito delante del Simago, y hala, a vender. Un juego 300 pelas y cuatro 1000. Si el juego tenía varias cargas 400 pelas. Cómo hacía caja el jodío. El tío ponía los adverts de revistas inglesas dentro de fundas de plástico sobre la mesa para hacer publicidad de las novedades y los crios nos quedábamos embobados mirandolos para decidirnos qué juego llevarnos. El tio aguanto hasta principio de los 90 vendiendo hasta disketes piratas de Amiga y ST, luego el teme se puso más complicado y tuvo problemas con la policía.

    Otra cosa importante, era la pelea que teníamos con el ajuste del Azimut. Qué trajín con el destornillador. El azimut de mi Spectrum +2 estaba casi comido por completo. Había que pillarle el tranquillo para poderlo girar.

    Y lo más frustrante de todo, es que despues de todos los ajustes que hicieras, que al final no te funcionara el juego:

    R: Tape Loading Error.

    ;D

    Hoz3

  17. Entonces ya he puesto nombre al copión que usaba: TC7. Cómo molaba inmolarlo en pos de tu copia piratilla, qué copias tan buenas hacía 😉

    Y cierto, muchas copias o no cargaban o tenían el juego equivocado o tenían música de vete tú a saber. Yo ya no me atrevía a comprar al tuntún, optaba por preguntar a los que compraban en el puesto, que si le conocían, que si habían comprado antes, que cómo les había salido… era una labor de campo la que había que hacer para no tener una tarde de domingo frustrante (aunque luego si el juego te cargaba probablemente fuera frustrante porque casi todos lo eran, pero por lo menos te cargaba y no tenías la sensación de haber sido timado).

    El azimut y sus mil posiciones, no sé quién lo inventó pero yo creo que más que para facilitar la vida estaba para ponértela chunga porque, una vez que lo movías, ya no te cargaba nada a la primera… ¿dónde estará mi Computone? 😉

    @darkinferno1981, yo pensaba al principio que lo de las cintas de 90 repletas por ambas caras era normal y que no había nada de inmoral ni de ilegal en ello. Con el tiempo me di cuenta de que algo mal debía haber cuando se vendían en la tienda a 1.200 pelas y en el Rastro a 200 o gratis en la cinta de marras XD XD XD XD

  18. Qué tiempos aquellos. Y no olvidemos la buena práctica, acorde a nuestra precaria economía en aquella época, de quedar con un amigo para comprar los originales más ansiados: yo me compro "A" y te lo copio, tú te compras "B" y me lo copias. El último que recuerdo, yo compré el "Robocop" y un amigo el "Batman the Caped Crusader". Dios bendiga a TDK…

  19. Casualidades de la vida…Por mi negocio se ha pasado hoy quien en una entrada anterior dije que era poseedor de un Transtape en mi barrio. Le he enseñado el mío, y hemos estado hablando del Spectrum casi una hora. Me ha contado su "modus operandi" para conseguir juegos en aquella época. Resulta que su padre tenía un Seat 127 y todos los domingos los llevaba al rastro de Madrid (casi 700 kms de viaje entre ida y vuelta) , donde se ponían al tanto de las novedades, e invertian en adquirirlas el dinero que ganaban con las copias que distribuían por el colegio y el barrio, con lo que el círculo se retroalimentaba. Ha sido una conversación curiosa, los demás clientes nos miraban como marcianos…

  20. En Portugal pasaba lo mismo, pero el copión más popular entre mis amigos e yo era el OmniCopy 2. Jamás he escuchado hablar de los copiones que han mencionado. Hay uno que descubri recientemente (no recuerdo el nombre) y que me parece increíble que no haya sido popular en aquella época. Era para 128K y usaba la ram paginada para que se pudiera cargar un bloque entero (si fuera necesario) de hasta 64K sin problemas… Si este copión hubiera aparecido en 1986…

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