
En ocasiones se percibe cierto “debate” respecto al valor intrínseco de la afición por la retroinformática. Los hay que lo sitúan en la nostalgia que despierta recuperar los programas de nuestra infancia y los hay que destacan la publicación, de manera constante y muchos años después de la desparición comercial del Spectrum, de nuevos títulos. Hay una tercera opción que a mi me parece también muy destacable y que de alguna manera está a medio camino entre las dos posiciones: el descubrimiento de títulos de la época que no disfrutamos en su momento, ya sea porque nos pasaron desapercibidos o porque nos encontraron como usuarios de otros sistemas surgidos posteriormente, donde los pudimos jugar.

Esto último fue lo que me ocurrió en el caso de Silkworm. Un título que llenó mis ratos de ocio informático con innumerables partidas de dos jugadores, de forma cooperativa, en su versión para Commodore Amiga. El hecho de incorporarlo a mi colección de Spectrum me ha permitido descubrir una versión muy lograda y jugable, que a día de hoy sigue siendo muy atractiva, pese a las limitaciones que presentaba nuestro Sinclair en comparación con las máquinas de 16 bits.

Silkworm es un arcade de scroll lateral desarrollado por Tecmo en el año 1988 para máquinas recreativas. En el año 1989 fue portado a diversas plataformas por Virgin Games, división de Virgin Mastertronic responsable de la publicación de todas las conversones de aracades y simulaciones deportivas de dicho sello. En concreto, además de las de Spectrum y Commodore Amiga ya mencionadas, hubo versiones para Atari ST, Commodore 64 y Amstrad CPC. Un año después aparecería una versión para NES. Los autores del port de Spectrum fueron Nigel Brown, Ned Langman y Barry Leitch.
El argumento del juego es de lo más bizarro. Nuestro planeta ha sufrido mucho a causa del uso del armamento nuclear, el cual ha llegado a modificar la órbita terrestre. La solución, prohibir las armas nucleares, ha supuesto la creación de enormes arsenales de armas de baja potencia en manos de los ejercitos. Pero nada es suficiente para sus generales quienes, empeñados en recuperar la máxima capacidad destructiva atómica, están preparando un golpe de estado. Aquí es dontre entramos en juego nosotros, voluntarios, con el objetivo de conseguir la paz… A base de cañonazos, ¡obviamente! Se trata de una actualización de la máxima latina “Si vis pacem, para bellum” (si quieres la paz, prepara la guerra) nada nuevo bajo el sol por tanto.

De este modo, y a lo largo de once niveles, a los mandos de un helicóptero o de un jeep nos enfrentaremos a múltiples oleadas de enemigos. Una vez completado el recorrido de cada fase deberemos derrotar a un general a bordo de un helicóptero de dimensiones colosales. La destrucción del mismo nos permitirá avanzar al siguiente nivel para volver a encontrarnos con ordas de enemigos previamente a medirnos con otro general que pilotará un nuevo helicóptero. Y así sucesivamente, hasta finalizar toda la misión y poder disfrutar de un auténtico espectáculo de fuegos artíficiales en pantalla. Todo ciertamente muy previsible…¿no?
Uno de los aspectos destacables de este título es la posibilidad de jugar de manera cooperativa, posibilidad que no era generalizada en los juegos de Spectrum. No obstante, hay un pequeño inconveniente, hay que tener bien clara la opción que deseamos porque no se puede cambiar, a no ser que volvamos a cargar el juego. Por tanto después de elegir si queremos un único jugador con helicóptero, con jeep o dos jugadores (y sus controles) ya no habrá marcha atrás. Este hecho se advertía en las instrucciones del juego de manetar sutil “Pueden participar uno o dos jugadores. Cuando hayas cargado el juego, sigue las instrucciones de pantalla para seleccionar las opciones deseadas. En el modo «un jugador» puedes elegir entre conducir un jeep o pilotar un helicóptero. En el modo «dos jugadores» tendréis que pelear para decidir quién conduce qué ANTES de empezar la partida.” (nótese el ANTES en mayúsculas que aparecía de esta forma en las instrucciones). Aunque hoy en día, gracias a las cargas rápidas, no supone un gran problema, este hecho podía llegar a ser bastante molesto en la época. También tenemos la opción, complicada pero interesante, de usar los mismos controles para ambos vehículos e intentar avanzar de manera simultánea por tierra y aire.

A pesar de este hándicap y de no ser un juego con un planteamiento demasiado original, Silkworm tiene aspectos ciertamente destacables. El apartado gráfico reúne muchas más luces que sombras. Si bien no se usaron sprites de gran tamaño (salvo para los final boss) y se optó por un juego monocromo para evitar el colorclash que hubiera sido dramático con tantos elementos en pantalla, todo esto se suple con creces. De una parte aunque esta opción puede llegar a ser algo monótona, la incorporación del color en el margen inferior de la pantalla, junto con los coloristas marcadores de la parte superior e inferior ayudan a combatir esta sensación. Por otra, nos encontramos multitud de vehículos muy detallados que van cambiando a lo largo de los diferentes niveles.
En cuanto al movimiento, la transición del scroll lateral durante el recorrido es suave y la velocidad a la que se desplazan nuestros vehículos es alta, además existen animaciones diferenciadas de los mismos en función de la dirección en la que nos desplacemos. El detector de colisiones, sin ser malo, es algo mejorable aunque no es determinante para alcanzar el éxito en nuestra misión. El movimiento de nuestros enemigos también está bien logrado. Destacar que la presencia de múltiples enemigos en pantalla no hace que la ejecución del programa se resienta.

El apartado del sonido en la versión 48k es simpemente ¡inexistente!. En la versión 128k disponemos de una discreta melodía en la pantalla de presentación y unos pocos efectos durante el juego. Es un apartado ciertamente decepcionante y a un nivel muy inferior respecto a otros apartados del programa.

En cuanto al nivel de dificultad y a la jugabilidad, ambos aspectos están bien resueltos. La dificultad está calibrada de manera notable, especialmente en los primeros niveles en los cuales avanzaremos con relativa facilidad. Esto genera una sensación de jugabilidad muy buena y que el nivel de adicción que provoca sea elevado. También es destacable la importancia que se atribuyó al juego en equipo, de tal forma que cada uno de nuestros vehículos deberá apoyar al compañero para hacer frente a determinados enemigos.
En cuanto a la prensa especializada, en nuesto país apareció en Microhobby por primera vez en el ejemplar de julio y agosto de 1989 (número 190) en el apartado “Premiere”. Se trataba de un “extra de verano” que se publicó junto con dos cintas, en una de ellas se incluyó una demo del juego.

Aparecería de nuevo en el siguiente ejemplar de Microhobby (número 191, septiembre de 1989) se incluyó en el apartado ¡NUEVO! como juego 5 estrellas, afirmando que “No se puede pedir mucho más exceptuando quizás algo más de sonido” y “Otra de las conversiones de máquina recreativa que, junto con After Burner u Operation Wolf con más fidelidad ha reproducido la acción”. Se le otorgó una calificación de 10/10 en adicción, de 8/10 en gráficos, movimientos y dificultad, un 7/10 en originalidad y un discretísimo 5/10 en sonido. En el siguiente número 192 (octubre de 1989) aparecería en el apartado de “Los justicieros del software” con unas críticas favorables que rondaron valoraciones de 7-8 sobre 10.
También apareció en diversas ocasiones en Micromania. Lamentablemente no se revisó la versión de Spectrum. En el número 14 (2a época) se recogió la versión de 8 bits, en concreto se comentó la versión para Commodore con las siguientes valoraciones: 9 adicción, 8 gráficos, 6 originalidad. En el siguiente número, Micromania 15 (2a época) aparecería comentada la versión para Amiga con una valoración: 9 adicción, 8 gráficos, 5 originalidad. Volvería a aparecer en la Micromania 18 (2a época) con la versión para Atari ST la valoración fue: 8 adicción, 7 gráficos, 7 originalidad.
En cuanto a las críticas en Gran Bretaña. Crash (número 66 de julio de 1989) le otorgó un 73% de valoración global. Se destacó el apartado gráfico, aunque no pasó de considerarse un shoot-’em-up del montón, si bien se destacaba el aspecto gráfico y el movimiento. Your Sinclair 43 (julio de 1989) le otorgó un 90º de valoración destacando su atractivo y adicción, se recomendaba su adquisición al tratarse de un shoot-’em-up de buen nivel. Como curiosidad Silkworm volvería a aparecer en Your Sinclair nº62 de febrero de 1991 gracias a una nueva review en el apartado de software budget (bargain basement) en la que se le otorgaba un 93º de valoración destacando su apartado gráfico, movimiento y variedad, a pesar de su escasa originalidad.

Como curiosidad indicar que aparecería algo después lo que podría considerarse un sucesor, más que una secuela propiamente, SWIV (Silkworm IV) recogida en la sección première de la Microhobby 207, apareciendo su review un número después (Microhobby 208). Pero esto ya sería tema de otra review…
Incorporar el juego a nuestra colección no resulta excesivamente difícil, dado que es un juego que aparece habitualmente en los canales de venta habituales. Una versión en cassette rondará los 5-10 euros. Si queremos hacernos con la versión disco ya será algo más complicado y costoso, rondando los 25-30 euros.
En definitiva, sin ser un juego que destacase por su originalidad, logró llevar a nuestros Spectrums una excelente versión de arcade con un apartado gráfico y unos movimientos más que notables. De esta forma se conseguía, con facilidad, mantenernos ante la pantalla para tratar de avanzar en nuestra misión. Sin duda una versión muy recomendable que a día de hoy sigue consiguiendo el mismo efecto. ¡Cuidado que engancha!
Firma: jepifidel.
¡Cuidado que engancha!
Gráficos - 90%
Movimiento - 90%
Sonido - 50%
Jugabilidad - 90%
Adicción - 90%
82%
Sin ser un juego que destacase por su originalidad, logró llevar a nuestros Spectrums una excelente versión de arcade con un apartado gráfico y unos movimientos más que notables.
Una excelente conversión. Quizás al llegar en el ocaso del Spectrum ha hecho que lo haya sido tan valorada como otras anteriores.