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The Fury (1988) Creative Reality

Coches futuristas, armas, velocidad, tragedia y competición son los ingredientes básicos que conforman el título adrenalínico que hoy repasaremos, un arcaico precursor del conocido Wipeout de Psygnosis que en 1995 viera la luz para Playstation y PC. El trabajo, forjado por un notable equipo de programadores bajo el nombre de Creative Reality, mezclaba carreras, arcade y gestión de recursos en una especie de Nascar espacial donde la supervivencia y la destrucción eran tan necesarios como complementarios. A priori la idea no es mala. Eso de adelantar como un loco dejando a tu adversario en llamas en la cuneta mientras «la furia» te consume al mismo tiempo que te prepara para un nuevo asalto al podio es algo que engancha. Basta ya de carreras insulsas donde el tiempo más rápido decide. Cambiemos a Cronos por Ares, la velocidad por la violencia; salimos ganando todos, Martech incluida. Bienvenidos al Rim, bienvenidos a The Fury.

Creative Reality llegó a producir no muchos títulos para Spectrum pero su buen hacer siempre estuvo presente, si no echadle un vistazo a Nemesis The Warlock o el simpar y enigmático Slaine. Martech, a pesar de algún patinazo en su catálogo, siempre vio con buenos ojos la relación con Creative Reality, de hecho todos los juegos de esta última fueron publicados por Martech, a la que por entonces le quedaba un año de vida aproximadamente antes de transformarse en la efímera Screen 7. Solo basta echar una partida a The Fury para comprobar, gustos aparte, la calidad que atesora. Y es que buena parte del combo Jason Austin, Dave New, Neil Dodwell y David J. Looker, equipo que parió The Fury, estaría inmerso un muy poco después en la creación de una maravilla llamada Myth: History in the Making (System 3). Esto nos puede dar una idea del listón que ponían en sus juegos semejante banda de cerebros.

<I> Chequeo de sistema. Todo correcto. Adelante, comienza el espectáculo. </I

Además del juego en sí, The Fury incluye un jugoso manual de instrucciones que desgrana la historia del Rim, el óvalo donde nos batiremos a muerte una y otra vez en pos de la victoria. Resumiendo: Años 90, el primer Rim es construido en Arizona e inaugurado con una sangrienta carrera. La popularidad del óvalo se dispara así como el negocio en torno a él. En años posteriores se construyen numerosos circuitos similares por todo el planeta. Ya en 2005 aparece un nuevo combustible basado en nitrógeno pero altamente inestable y peligroso. Poco después un multimillonario, Dr Logon, invierte dinero para construir un Rim bestial de 300 Kms en órbita lunar. Años después la construcción de óvalos sigue su expansión espacial llegando a Júpiter a la vez que algunos sucesos extraños y mortales toman protagonismo en las carreras con el nuevo combustible como protagonista. Con el tiempo se decide que los pilotos compitan contra robots haciendo uso de armas pero ello resta popularidad a la competición por lo que la presencia de pilotos artificiales acaba por desaparecer dando lugar a competidores humanos inexpertos que tendrían una oportunidad para llegar a ser pilotos de Rim, los llamados «Noids». Por si fuera poco una extraña fuerza provoca hechos extraños en carrera. Algunos de los pilotos lo describen como «la furia» pero no saben explicarlo.

<I> Cocinando un Noid a la parrilla con nuestro lanzallamas. </I

El objetivo del juego es básicamente sobrevivir carrera tras carrera y al principio no va a ser fácil. Pero no nos adelantemos a los acontecimientos. Antes de apretar el acelerador vayamos al menú de opciones, muy original por cierto. En él, y mediante una cruz formada por líneas horizontales y verticales, a modo de eje de coordenadas, podremos ir seleccionando las diferentes opciones que se nos ofrecen, todas ellas con una tipografía singular presente durante todo el juego y con un fondo espacial en movimiento simple pero acertado. Antes de nada es importante introducir nuestro nombre de piloto y es que a lo largo de la partida accedemos a las listas de participantes en cada carrera así como la clasificación final de la misma. Muy bien, elegido control y nombre entramos de lleno en la competición pero antes de cada carrera se nos detalla información muy importante que nos pondrá al día, datos como el número de carrera (en azul), el tipo de carrera (en rosa), el modelo de coche que poseemos, nuestro dinero, el número de conductores (noids) destruidos y el objetivo de la carrera (en verde).
El juego discurre entre tres tipos de competición. La contrarreloj (Time Run) nos exige acabar el recorrido en un tiempo no mayor del fijado, eso sí, podemos abatir a los rivales y cobrar jugosos créditos dependiendo del piloto derribado. Una clasificación mejor supone una remuneración más alta al final de la carrera.
La carrera a muerte (Killing Race) supone una competición donde el objetivo es simplemente acabar, ello supone atacar y eliminar tantos rivales como podamos evitando así nuestra muerte. Por último tenemos la modalidad llamada carrera de eliminación (Tag Race) en la que un coche de la parrilla es elegido «IT», es decir objetivo a eliminar. Si ese coche toca a otro el coche tocado asume ahora el rol de IT. Si el coche IT es destruido antes de acabe la carrera otro coche asumirá el mismo rol aleatoriamente hasta el final de carrera. En esta modalidad lo suyo es derribar al coche IT en cuestión tantas veces como podamos.

<I> Con los créditos que consigamos podremos armar nuestro coche y convertirnos en un temible y respetado rival. </I>‘ title=’<I> Con los créditos que consigamos podremos armar nuestro coche y convertirnos en un temible y respetado rival. </I>‘ border=’0’ /></P><P class=Dentro de estas modalidades de juego es posible competir con varios modelos de coches pese a que estos siempre tendrán el mismo sprite durante la partida, al igual que los pilotos rivales. Cada prototipo incluye unas características específicas referentes al precio, velocidad máxima, aceleración, frenos, capacidad de armamento, blindaje y consumo. Los diferentes modelos incluyen: Avenger, Hunter, Reavenger, Harlet, Waster, Hurlant, Roche y Anome. Cada uno de estos coches pueden ser armados en mayor o menor medida y de ello dependerá buena parte de nuestras opciones de sobrevivir. Para ello tendremos a nuestra disposición en tienda armas como el lanzallamas (con dos rangos de alcance, 8 y 20 metros), misiles semidirigidos (algo caros) o el lanzador de proyectiles (menos potentes pero más baratos). Aunque no se trate de un arma también podemos hacernos por una suma considerable de dinero con una cápsula de escape que nos permita sobrevivir a la explosión de nuestro coche, eso sí, quedarnos tirados en medio del Rim con nuestras piernas como único medio de locomoción no supone perspectivas muy halagüeñas para terminar vivo. Por suerte, cada vez que pasemos al siguiente nivel tenemos la opción de adquirir un nuevo coche (si nuestro bolsillo nos lo permite) o de la arreglar el que ya poseemos.

<I> Si nuestro vehículo dispone de cápsula de escape tendremos una oportunidad, aunque remota, de salir vivo de la carrera. </I>‘ title=’<I> Si nuestro vehículo dispone de cápsula de escape tendremos una oportunidad, aunque remota, de salir vivo de la carrera. </I>‘ border=’0’ /></P><P class=Obviamente al principio la partida es más bien sosa pero en cuanto acumulamos algunos créditos la cosa empieza a ponerse interesante. A más créditos más armas y más diversión. Las carreras contra el crono exigen ante todo más paciencia y habilidad para conservar el blindaje de nuestro carro porque no contaremos con armas que usar. Cuando entramos en las otras modalidades la diversión está asegurada, a cambio hemos de ir pasando niveles poco a poco hasta hacernos con un coche potente desde todos los puntos de vista. Algunos modelos son muy pesados y mas agresivos mientras que otros más ligeros no son tan peligrosos. Algunos pueden cargar más misiles y otros menos. Lo suyo es buscar un término medio que nos permita escapar velozmente de los noids más molestos y a la vez encañonarlos para dejar el paso expedito hacia la gloria. Oye le voy echando más tiempo al juego y más me va enganchando. La primera vez que lo probé (hace muchos años) no duraba más de dos carreras, ahora voy pillándole el rollo y me he convertido en un competidor decente. Una pena que el sprite del coche siempre sea el mismo pero bueno, cuando ves el coche armado con los lanzamisiles te pones a 100, cuando los dejas listos para lanzarlos a 150 y cuando los disparas y haces que tres noids a la vez revienten a la vez te pones a 200. Aunque los gráficos no sean el fuerte del juego (65/100) tampoco hacen falta, a The Fury lo que se le pide es jugabilidad y diversión y en eso cumple. Aún así el título de Martech juega muy bien con los colores. Los menús son variados en lo cromático y durante las carreras la pantalla cambia de color dependiendo de la situación en carrera. Otra cosa, el display están bien diseñado en lo gráfico y cada vez que empezamos una carrera simula ponerse en marcha como cuando arrancamos un viejo aparato, buen detalle. La información con la que contamos en él es extremadamente útil pues se nos facilita datos como la posición actual en carrera, velocidad, combustible restante, vueltas o rounds restantes, munición disponible e indicador de daños. Así mismo en la parte superior izquierda un scanner de pista nos da una situación exacta de lo que tenemos rondando nuestro coche aunque la velocidad con la que se desarrolla la partida no nos deja mucho tiempo para fijarnos en él.

<I> A mayor número de rivales en pantalla más emoción. </I>‘ title=’<I> A mayor número de rivales en pantalla más emoción. </I>‘ border=’0’ /></P><P class=Varias partidas y un poco de experiencia dejan entrever un control correcto y redefinible a las teclas. El movimiento del coche responde adecuadamente a los controles, con la celeridad necesaria para no arruinar la partida (75/100). En pantalla el movimiento de sprites está logrado, con un movimiento suave de nuestro carro y uno más impredecible por parte de nuestros rivales en pista. Tampoco hay que obviar la sensación de velocidad que transmite el juego cuando tenemos un coche de los rápidos. The Fury no dispone de melodías en todo el juego, ni siquiera en los menús. Por suerte los efectos están conseguidos, el motor ruge como debe y las explosiones son estruendosas (75/100) ¿Para qué más? En cuestión de dificultad es cierto que al principio cuesta un poco pero a medida que vamos ganando Groats (los créditos con los que podemos adquirir armas, coches y mantener nuestro estatus de piloto) la cosa fluye. La temporada completa incluye 25 carreras y aunque llegar a las últimas sea difícil es posible avanzar lo suficiente como para ver la mecánica del juego en toda su extensión (65/100). ¿Original? Yo diría que sí (85/100). El juego de Creative Realilty deja ver una mezcla de juego de carreras y shoot'em up con un escenario futurista que acompaña. Durante aquel mismo 1988 también vieron la luz juegos bélicos de coches como Road Blasters (U.S. Gold) o Fire And Forget (Titus), sin embargo ambos se limitan al recurrido por entonces «avanza y destruye» sin más. Haciendo memoria el único juego que recuerdo ciertamente parecido a The Fury fue Badlands (Domark), un título que aunque difiere en perspectiva tiene varios puntos en común con el juego de Martech. También sería justo decir que este último es dos años más antiguo.
The Fury no limita la partida simplemente a destruir, hay que llegar vivo y cuanto antes mejor para poder mejorar nuestra reputación como piloto, es más, en pista hay que seguir una estrategia en función de las armas y el coche que tengamos. Por poner un ejemplo, correr demasiado rápido hará que nuestros enemigos queden a nuestras espaldas, lo que no nos interesa en una carrera a muerte. Hay también que tener en cuenta la zona roja, un tramo de la carrera en la que seremos el blanco de algún rival.

<I> Una manera de suicidarse es comenzar la carrera sin coche. </I>‘ title=’<I> Una manera de suicidarse es comenzar la carrera sin coche. </I>‘ border=’0’ /></P><P class=Jonathan Davies de Your Sinclair agradece las virtudes de este título con un 8/10 a la par que resalta la necesidad de práctica para poder disfrutar del juego. Crash tampoco desmerece el juego (72/100) al que alaba por su presentación y jugabilidad: «un juego convincente pero no tan rápido y furioso como su atrevido título sugiere». «Sinclair User» sí fue más severa con un 69/100: «El problema es que parece un simulador pero se comporta como un arcade y no hay suficiente variedad y emoción como para tenerte enganchado». Pasando a Computer and Videogames, su reseña del juego no está apenas trabajada aunque la nota sigue en su media, 3/5, despuntando, como en el resto de publicaciones, su jugabilidad. The Games Machine le casca un pobre 53/100. No salgo de mi asombro, juegos mucho más pobres y menos originales suman más. Pero no queda ahí la cosa, Microhobby atiza en su reseña del momento a The Fury pero lo hace apenas sin argumentos, esgrimiendo la pobreza gráfica y el poco espacio de la pantalla dedicado a la acción como principales defectos. En cambio no alaba ninguna virtud del juego a excepción de su argumento. Me da que la persona encargada analizar el juego se limitó a ver los pantallazos de turno y escribir en base a ello. Después de haberle echado unos vicios y asimilar impresiones me doy por satisfecho con el 8/10 que el juego tiene en WOS, nota media de los jugones, la que más vale. Vale que The Fury no es la panacea al aburrimiento pero no se trata de un mal juego ni mucho menos, además tiene un acabado y presentación impecables marca de la casa.

<I> Cuando la pantalla se vuelve roja somos el blanco de algún rival. </I>‘ title=’<I> Cuando la pantalla se vuelve roja somos el blanco de algún rival. </I>‘ border=’0’ /></P><P class=Por lo visto en determinada parte del juego podemos sufrir la llamada «furia» aunque yo después de varias partidas no he podido experimentarla. Supuestamente se puede entrar en ella si nos mantenemos a mucha velocidad en la parte superior del Rim. Si alguno de vosotros ya la experimentó que lo comente por aquí abajo y así nos enteramos todos de qué va eso de la «furia». Pues poco más se puede decir de este The Fury, un programa correcto y con una propuesta que atrae al menos como para echar unos buenos vicios disfrutando que es de lo que se trata. Venga, aparcad el viejo y cojonudo Spy Hunter y dadle un oportunidad a «la furia». Un saludo a tod@s y hasta la próxima. ¡Salud y píxeles!

<I> ¡Joder y yo que me creía el guerrero de la carretera! </I>‘ title=’<I> ¡Joder y yo que me creía el guerrero de la carretera! </I>‘ border=’0’ /></P><P class=

Valoracion: 73% Firma: J. Pinteño (Kidsaguf)

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El Mundo del Spectrum es un medio digital dedicado al Sinclair ZX Spectrum, a los 80 y al Retro en general. Nació como homenaje a Microhobby en 1996 en formato revista mensual evolucionando hasta esta cuarta época. Como medio audiovisual se publica regularmente el Podcast llamado El Mundo del Spectrum Podcast y material en vídeo en el canal de Youtube. Publicados dos libros de gran éxito editorial. Si te gusta el Retro y el Spectrum en particular, esta es tu web. Bienvenido/a.

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3 comentarios

  1. En su momento, jugando en mi CPC6128 si experimenté la Furia. Pero la verdad es que no recuerdo enmqué consistía exactamente.
    Me parece que aparecían llamas alrededor del coche o algo así, pero la memoria me falla. Han pasado demasiados años.

  2. Es un juego que descubrí hace poco y me parece una genialidad y más tratándose de Martech, editores del Uchi Mata, aunque el grupo de programación tiene juegos del nivel de Slaine, aventura gráfica muy diferente, o un juego incomprendido como el Nemesis The Warlock.
    Gran análisis y altamente recomendable este juegazo.
    Namaste.

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