
Un tema poco tratado en El Mundo del Spectrum es el del pirateo. Si bien todos de una manera u otra accedimos a cintas pirata, no hemos profundizado en este fenómeno.
El elevado precio de los juegos de Spectrum y la precaria situación económica del país hacía difícil acceder a cintas originales. En torno a las 2.500 pesetas (incluso más) era el coste de un juego original. Eso llevado a aquella época implicaba una inversión enorme. Al mismo tiempo copiar una cinta era una tarea muy simple y accesible.
Acceder al pirateo te proporcionaba ventajas como aquellas cintas de larga duración en las que cabían hasta 10 juegos diferentes.
Otra vía del pirateo era ofrecer una cinta con un juego junto a su carátula fotocopiada. Cierto es que se sacrificaba el estuche de plástico por una caja estándar del tipo jewel, que la portada lucía cutre y que el manual de instrucciones normalmente brillaba por su ausencia, pero el precio era un 10% del de un original, en ocasiones incluso menos.
Esta otra vía de pirateo era muy habitual en los «rastros» de las principales ciudades del país. Mención especial al rastro de madrid en donde se cocerían luego momentos clave de la industria española de los videojuegos mientras compartían puestos con distintos elementos de la cultura underground de los 80, especialmente de la música, en lo que conoceríamos como la movida madrileña. En este vídeo podemos ver el programa La Edad de Oro (Paloma Chamorro) con «el Zurdo» como comentarista de lo que vivió en primera persona en lo que sería el nacimiento de Kaka Deluxe.
Pero no nos desviemos del asunto y es que aquí hemos venido a hablar del pirateo. Y tal y como os iba contando además de acudir a un rastro había otras formas de conseguir copias pirata.
Se crearon Clubs que, por medio de correspondencia, te hacían llegar el juego que buscabas a precios de entre 100 y 300 pesetas la cinta.
Poco o nada tenemos que recuerde aquella época y aquel fenómeno. En esta ocasión os traemos una carta y catálogo de uno de estos Clubs gracias a Javier Barneo. Queremos agradecerle el habernos hecho llegar este material.
En la carta veréis los precios: 1 juego 150 pesetas. 2 juegos 250 pesetas. Gastos de envío 200 pesetas. Nombre del Club: EQUU’S Software.
El catálogo (escrito a mano) contaba con un listado de opciones interesantes y el dibujo de una espada y una cinta. Cuidado, incluirían muchas novedades, decían.
En este caso el Club era de reciente creación estando ya en el año 1990. De ahí que el listado de juegos disponibles estuviera compuesto por títulos de la última hornada y que anunciaran juegos «antiguos» (literal) como Freddy Hardest, Enduro Racer o Rastan.
Entrañable documento que reproducimos a continuación:
Hola.
Cabe destacar también que las fotocopiadoras o máquinas de copia de hace 30 años, no son como las de ahora, la carta se ha conservado «intacta» cosa que hoy en día es impensable que una fotocopia nos dure más allá de un mes.
Saludos
@jbarneo
Gracias Javier por compartir este material con todos nosotros. Y efectivamente, antes se hacían las cosas para durar.
En Zaragoza existía una tienda llamada Basic Micro Futura, en el paseo Sagasta, en donde podías alquilar juegos de 8 bits. No recuerdo muy bien lo que había en la planta calle, pero si subías unas escaleras llegabas a un mostrador en donde podías consultar listados de juegos que podías «alquilar» y te los daban en una cinta de cassette. En esta URL de Mil Anuncios puede verse cómo eran esas cassettes: https://img.milanuncios.com/fg/2308/46/230846829_1.jpg
Seguro que Alejandro se acuerda… 🙂
En mi ciudad, Palma, no tengo constancia de que en el mercadillo hubiera puestos dedicados a la venta de copias de juegos.
En cambio recuerdo que en su día me di de alta en el videoclub «Amigos del video PJ». Tenían una pared llena de juegos y un listado en papel de impresora para consultar el catálogo disponible. Lamentablemente, al devolver (fuera de plazo) mi primer juego alquilado «Strong man», la señora que había tras el mostrador me informó que habían tenido que clausurar el alquiler de juegos y habían regalado todas las copias. Aún conservo mi copia de «Strong man» de Amigos del video PJ que me regalaron a pesar de devolverla tarde…
Yo pertenecí a un «Club de Software» donde se alquilaban juegos, como si de un videoclub se tratara. Evidentemente alquilábamos, y si nos gustaba el juego, pues a copiar se ha dicho.
Y antes de eso, creo que incluso el primer juego que compré (el «Prácticas de vuelo», un simulador tremendamente complicado) en una conocida superficie comercial, era una copia. Y si no lo era, la carátula daba pena. Pero juegos como Manir Miner, The Hobbit, Knight Lore y cosas así, sólo los encontraba pirateados, hasta que tiempo después empezó la bajada de precios, y encontrábamos juegos a 875 ptas, que sin ser barato, eran mucho más asequibles.