
Tras el gran éxito que supuso Nodes of Yesod para la compañía Odin, seguidora del espíritu Ultimate en sus producciones, llegó finalmente la segunda parte de las aventuras de Charlie el astronauta. Tras una portada bastante horrenda y alejada del sugerente arte gráfico del Nodes of Yesod o Robin of The Wood, vamos a ver cuál es el argumento de esta secuela.
Charlie, tras sus experiencias en la luna de Yesod, llega finalmente a la civilización y decide tomarse un reposo de tanto estrés. Lamentablemente, y para pasar el tiempo, empieza a abusar de sustancias estupefacientes alucinógenas, llegando a creer incluso que regresa a aquella misteriosa luna. En sus delirios, se ve envuelto en nuevas aventuras pero el entorno es en esta ocasión bastante distinto por culpa de la acción del LSD.
Charlie observará en primer lugar que en la superficie han montado un complejo de Marina d´Or, forrado de carísimas placas de Porcelanosa reflectante. Parte del complejo han tenido que enterrarlo porque el Ayuntamiento de Yesod, perseguido por los escándalos urbanísticos, se ha negado a recalificar más terreno. El bueno de Charlie vuelve a penetrar en las entrañas del planeta, forradas de pequeños cristalitos estilo discotequero años 70, diseñadas por el mismo artista creador de la música de la introducción del juego (de temática espacial total, vamos).

Los enemigos son los propios que un drogadicto cebado de ácido esperaría encontrar debajo de la superficie: un elefante con alas, gallinas (…), galletas Fontaneda mutantes, un pequeño gnomo rojo con antenas volador, y todo ello sin olvidar los teletransportadores multicolor alucinógenos. Tendremos ocasión de cruzarnos de vez en cuando con nuestros proveedores de sustancias, unos robots con una bombilla en la nariz. Cuidado especial con los astronautas muertos, incautos que abusaron sin control y la palmaron por culpa de sobredosis.
En suma, un juego clonado de Nodes of Yesod bajo el filtro revelador de quien ha tenido una indigestión de setas alucinógenas, con todo lo bueno y malo de lo que de ello se deriva.
Valoración: ¿70%? ¿30%? XDD ¿10 elevado a 72? Difícil de decidir. ¡Es que es igual que Nodes of Yesod! ¡Y amamos el Nodes of Yesod! ¿Cómo se puntúan las expansiones? ¿Fue esta la primera expansión de la historia?
¿Fue esta la primera expansión de la historia?
Gráficos - 91%
Movimiento - 90%
Sonido - 86%
Jugabilidad - 88%
Adicción - 82%
87%
Un juego clonado de Nodes of Yesod bajo el filtro revelador de quien ha tenido una indigestión de setas alucinógenas, con todo lo bueno y malo de lo que de ello se deriva.
Y así y todo se lleva un 70%!!
Hay que aplicar el filtro anti-psicotropico en la nota final??? 😉
A mi me gustaron los dos pero sí es verdad que actualmente se critican mucho los juegos "expansión" y ya entonces se hacía lo mismo.
Más allá de la animación del personaje principal (creo que fue lo que más trascendió de ambos juegos), a mí me parecían bastante aburridos. Yo le doy un 50%. Por cierto, y como nota curiosa, ya en la carátula del juego se hablaba de I.C.U.P.S., nombre con el que un año más tarde bautizarían a un matamarcianos de calidad muy cuestionable.
Gracias por el dato, Mayerick. No conocía el ICUPS y menos que éste fuera un "spin off" de la saga Yesod. Como bien dices a mí siempre me parecieron unos juegos un tanto aburridos y sosos.
Gracias de nuevo por el dato, le echaré un vistazo a ver qué tan malo es el jueguito en cuestión.
Creo que Odin, fue de las compañias mas elegantes en cuestión gráfica y técnica. Todos sus juegos tenían un toque característico que te hacía ver que, efectivamente era esa compañia.
A pesar de todo, creo recordar que, ambas partes, eran enormes, y te perdías cada 2 por 3, y, si encima abrías mas rutas, pues todavía mas.
Coincido contigo Alundra, tenian un sello aunque debo reconocer que el juego que más me gustó de esta compañia fue Heartland.