Barbarian (1988) Icon Design

En 1987 la palabra «Barbarian» daría mucho que hablar entre los poseedores de un ordenador. Palace Software destapaba el tarro de las esencias con su, seguramente, mejor título: un face-off a base de mandoblazos que a día de hoy sigue siendo recordado como una joya. Ese mismo año Psygnosis, nacida de las cenizas de la primera Imagine, publicaba para Atari ST otro juego con el mismo nombre. Un año después el juego fue llevado a las plataformas de 8 bits. Sin entrar a hacer una absurda comparación entre ambos títulos, el Barbarian de Psygnosis quizá quedara como un juego «tapado» por la coincidencia en el nombre con el de Palace. Y es que el Barbarian de Palace es mucho Barbarian. Aún así no conviene desmerecer un juego como el creado por Icon Design, encargada de llevar el port del juego de Psygnosis a la máquina Sinclair. Si nunca antes habíais probado «el otro Barbarian» echad un vistazo a las líneas que abajo escribo. Os llevaréis una grata sorpresa.

Melbourne House adquirió los derechos de Psygnosis y dejó a Icon Design la tarea de llevarlo a la pantalla. Curiosamente Paul Murray y Ed Knight, encargados de elaborar el programa, también estuvieron implicados en otro juego similar al que hoy atendemos: Rastan. Además de la gran conversión de Taito, Murray y Knight tuvieron grandes aciertos como Kikstart 2, un notable simulador de motos. Un aspecto que uno no puede obviar de un juego como Barbarian es su esplendorosa portada obra de Roger Dean, ilustrador inglés además de diseñador y arquitecto y responsable de numerosas e increíbles portadas para grupos de rock progresivo y psicodélico de la talla de Yes, Asia o Uriah Heep y de otros juegos como Shadow Of The Beast (Gremlin Graphics, 1990). Una de las mayores pérdidas que en mi opinión ha perdido la industria del videojuego hoy día es la del cover art. Años atrás uno podía paladear la esencia de un juego sin haberlo jugado tan solo con visualizar la ilustración de la portada. La obra a pincel, aerógrafo, lápiz o lo que fuera estrechaba una comunión artística con el contenido del programa creando una unidad única e indivisible que llevaba la imaginación del que adquiría el juego a confines impensables. De vuelta a Barbarian, la ilustración de Dean para el juego de Psygnosis cumplía perfectamente su cometido y nos ponía directamente en situación: una zona boscosa con un precioso dragón rojo.

Barbarian cuenta la historia de Hegor el bárbaro, un guerrero cuyo amado padre, cazador de dragones, fue asesinado por uno de ellos. Tras años de infructuosa búsqueda, Hegor descubre que el ser que aniquiló a su padre fue enviado por Necrón, un malvado señor, para arrasar Thelston, su aldea natal. Tras varias pesquisas Hegor tiene conocimiento de la morada de Necrón, un reino subterráneo custodiado por Vulcuran, el dragón que le hizo huérfano. Finalmente llega el día en que Hegor es testigo de una revelación que le pone en disposición de asaltar la morada de Necrón. Ante la entrada al reino subterráneo el guerrero blande su espada en busca de venganza.

Una de las características del título de Melbourne House es su desarrollo a través de una sucesión de iconos a los que se le atribuye una acción específica del personaje. Una idea prácticamente idéntica a la que Imagine aplicara, por poner un ejemplo, a su aclamado Movie dos años antes. Para ser más concisos, con las teclas no dirigimos directamente las acciones de nuestro personaje; con ellas desplazaremos un cursor sobre una serie de iconos. Cada uno de estos desempeñará un movimiento en concreto necesario para poder completar diferentes situaciones que se dan a lo largo de la aventura. Al principio este sistema de juego puede parecer poco práctico y obsoleto pero con el transcurso de la partida uno se acaba dando cuenta de cómo dicho modo de juego va regulando un ritmo de juego al mismo tiempo que nos ofrece nuevas sensaciones en lo que a control del protagonista se refiere. Los iconos son básicamente de dirección (caminar hacia izquierda o derecha, subir y bajar escaleras), correr, salto con voltereta (hacia delante o atrás), detención, huída y ataque. Otros iconos nos permiten recoger objetos o cambiar de arma.

Hegor empieza su venganza armado con la espada de su padre pero a lo largo de la aventura tendrá la oportunidad de ir recogiendo flechas por diversas partes del mapeado así como el arco con el que las lanzará. Con ambas armas habremos de hacer frente a numerosos guerreros y bestias inmundas que pueblan la fortaleza subterránea hasta que lleguemos a la batalla final contra Necrón, para ello Hegor también deberá sortear algunas trampas en el camino. A lo largo del recorrido iremos descendiendo a las profundidades aunque a veces ascenderemos. Los combates son breves pero no exentos de precisión. Hay que estudiar el timing a la hora de asestar golpes porque el error supone una muerte casi segura y tampoco vamos sobrados de vidas.

En lo gráfico Barbarian no es juego que deslumbre pero cumple sobradamente (75/100). Los sprites son atractivos y están lo suficientemente detallados; los escenarios a veces pecan de simples pero igualmente contrastan con zonas algo más desarrolladas gráficamente sin estar recargadas. Por suerte el colorido es variado lo que se agradece. El programa no cuenta con un scroll al uso y es que la partida se sucede pantalla a pantalla. Tras la resolución de la pantalla correspondiente se sucede una transición con scroll a la siguiente zona en la que no podremos controlar a Hegor hasta que esta acabe.
Los controles como ya hemos visto quedan subordinados a los iconos pero responden a tiempo (80/100). Por su parte las animaciones están bastante conseguidas, sobre todo las de Hegor que son bastante realistas.
Musicalmente hablando Barbarian no tiene nada que ofrecer y es que no encontraremos atisbo de melodía por ningún lado. Sin embargo el juego si que cuenta con unos efectos escasos pero bastante decentes que salvan los muebles (65/100).

Si os animáis a echar una partida nos encontraremos con una dificultad añadida: no está permitida la distribución del juego. Si superáis este primer escollo (estoy seguro que no tendréis problema en haceros con él por la red) y pasáis del escueto menú de opciones inicial donde reza «Bienvenidos al mundo de Barbarian» os veréis inmersos en una aventura con mayúsculas, eso sí, una aventura más bien corta porque el mapeado a recorrer no es largo. Aún así la dificultad del juego está calibrada como para arrastrarnos al fantástico mundo de Hegor durante un buen rato (75/100) y lo que es más importante, sin aburrirnos. El recorrido mezcla algunas zonas son de transición con otras de acción para hacer de la aventura algo más sabroso que el típico recorrido plagado de enemigos hasta en la sopa y de paso impregnar algo de atmósfera. Con un poco de insistencia y paciencia se puede completar un porcentaje bastante alto del juego y es que al final de la partida se nos aclara que tanto por ciento del mismo hemos completado (¡Igual que en Sir Fred!).
Aunque el desarrollo a través de iconos es algo que ya habíamos visto antes de Barbarian, el título de Icon Design no defrauda en cuanto a originalidad (75/100). Su historia de espada y magia, manejo y adicción deja en buen lugar a este título que curiosamente sería homenajeado por sus propios creadores en Obliterator un año más tarde: un calco de Barbarían ambientado en mundos alienígenas algo más pulido y mucho más extenso en mapeado.

Un servidor tiene que agradecer una vez más a Microhobby la inclusión de Barbarian en la revista 206, una de las últimas publicaciones, puesto que gracias a ella pude descubrir este gran juego. Con regalos como este daba gusto gastarse el dinero en la mítica revista española. Por cierto la misma Microhobby resaltaba el control icónico de Barbarian a la par que no escatimaba en elogios hacía el programa de Murray y Knight a excepción de su aspecto sonoro. Marcus Berkmann de Your Sinclair resaltó en su día su sorprendente facilidad para jugar con iconos aunque lamentó la lentitud del protagonista (7/10). Otro notable (7/10) le cascaba Computer and Videogames mientras que Crash subía la nota hasta 81/100 y destacaba su «siniestra atmósfera» y su lograda animación. Idéntica puntuación fue la atribuida por The Games Machine para el título distribuido por Melbourne House, cuya reseña acaba sentenciando: «una gran conversión». Y la valoración sobre el juego de Psygnosis sigue subiendo enteros, en este caso para Sinclair User (92/100): «…tiene una combinación correcta de arcade, aventura y estrategia como para atraer a cualquiera».

En definitiva, aunque quizá no sea el Barbarian más recordado, el título de Icon Design es un juego más que digno y tras rejugarlo estos días puedo asegurar que sigue manteniéndose fresco pese al paso de los años. Echo de menos algo más de recorrido en la partida porque tras error y ensayo se puede hacer algo corto. Su historia y desarrollo, muy a lo «Conan», empareja este juego a otros como Rastan o Camelot Warriors pero se desmarca de estos en su manera de manejar al protagonista. ¡Bravo por el bárbaro de Psygnosis! Un saludo a tod@s y hasta la próxima.