
Tal vez visto desde la perspectiva de quienes no hace tanto hemos doblado la esquina de la primera década del siglo XXI, nos pueda parecer algo casi prehistórico, pero no hace tanto tiempo no había TDT con 20 canales cuya temática barría desde los futurólogos de indudables poderes a tertulias de variado y marcado acento político, ni emisiones de miles de temáticos por satélite o cable.
Era la mitad de la década de los ochenta, el muro de Berlín aún no había caído, y en el mundo además de entre capitalistas y comunistas, existían también otras divisiones que parecían igual de insuperables ocurriese lo que ocurriese, por ejemplo la de entre usuarios de Spectrum y Amstrad o los de Beta y VHS. Televisivamente hablando, sólo existían dos cadenas, tres en las autonomías con lengua propia, y si querías salirte de lo que el Estado había decidido que era bueno ver ese día, sólo quedaba una opción para el ocio familiar: los videoclubes. En aquella época, estaban esparcidos por los barrios en parecida semejanza a la distribución hoy en día de los comercios de ciudadanos orientales, en cada calle había un par de ellos.

Puede sonar raro en este tiempo de descargas y visionados online, pero si querías ver una película, había que buscar la tarjeta de abono por los cajones de la casa, darte el paseo hasta el establecimiento, mirar las carátulas, descartar las que estaban ya alquiladas y gastar un buen rato y unas cuantas neuronas en cuadrar los gustos de la familia con lo que había disponible. Y al final de tanto esfuerzo, volvías al hogar con una cinta con publicidad del videoclub en la carátula, procurando estar pendiente de que no se te olvidara devolverla el día siguiente. En mi casa, que en 1985, estábamos claramente posicionados, éramos de Beta y de Spectrum, y la importante misión para la cohesión familiar que era alquilar las películas había recaído en el hermano mayor, o sea, el que humildemente suscribe.
Al salir por la puerta camino del sagrado templo del ocio audiovisual, siempre recibía el mismo consejo de parte del cabeza de familia: “si no lo ves claro, tráete una de kárate”. Eran un valor seguro, en general modestas producciones, generalmente de Hong Kong, donde el argumento era lo de menos y el aspecto visual, con que se considerara aceptable, ya íbamos bien servidos, porque lo importante era pasar un buen rato con sus coreografías, sus movimientos, estudiados, variados y precisos, y que mantuvieran al personal entretenido.
Justo lo que pretende y ofrece este juego. “The way of the exploding fist“, que lo podíamos traducir como “El camino del puño explosivo” y podía haber sido perfectamente el título de una de aquellas películas, pero se trataba de un programa realizado por Gregg Barnett para Beam Software, y publicado por Melbourne House. A mí me lo enseñó un amigo, con un ceremonial previo advirtiéndome que me iba a mostrar un tesoro, lo que a la postre fue cierto, pasando tardes buenísimas zurrándonos recíprocamente de lo lindo, y poco tiempo después me hacía con una copia para mí dentro de “El lingote”.

El juego es un simulador de kárate, esponsorizado por el poco conocido por estos lares Jeoffrey Thompson (de hecho no sale ni una foto suya en la carátula), y nos presenta a dos personajes principales, los luchadores, y a uno secundario, un enjuto y venerable juez oriental que en segundo plano será el encargado de puntuar la calidad de nuestros golpes. Según la precisión en la ejecución y el daño infligido a nuestro oponente (o él a nosotros) valorará con medio ying-yang o con uno completo. Una cuenta atrás va desgranando el tiempo que resta de nuestro enfrentamiento. Gana el primero que consiga dos símbolos enteros o el que más puntuación obtenga cuando el tiempo ha finalizado. Sencilla mecánica pues, parecida, por ejemplo, a la del posterior Barbarian pero sin espadas por medio.
Conforme nos deshagamos de adversarios, cambiará el escenario (uno de los pocos puntos flojos del juego, sólo hay tres distintos, muy bien conseguidos y coloridos pero repitiéndose cíclicamente) e iremos subiendo nuestra categoría (dan) de luchador, con el consiguiente y proporcional aumento de la dificultad. Desde luego el punto fuerte del programa es la espectacularidad de sus movimientos. Además de hacia derecha, izquierda, saltar y agacharnos, podremos realizar espectaculares volteretas que nos permitirán esquivar golpes o colocarnos detrás de nuestro rival para darle un traicionero golpe por la espalda, aparcando la ética en beneficio de la efectividad.
Pero lo mejor, sin duda, son los movimientos de ataque, pues podremos saltar y tratar de golpear la cabeza ajena, lanzar un puñetazo a su mandíbula o a su estómago, una patada baja a la espinilla, un efectivo barrido a ras de suelo mientras nos agachamos, el mismo movimiento pero hacia atrás, una alucinante patada tras un giro sobre nosotros mismos (mi favorita) y una coz alta muy útil para cuando tengamos detrás a nuestro enemigo.

Los gráficos son de un buen tamaño y sorprende la agilidad y suavidad con la que está conseguido su movimiento, lo sencillo que es ejecutar los distintos golpes y la buena y precisa respuesta a nuestras órdenes. El sonido también aporta su granito de arena al notable resultado final, tanto la estridente melodía que nos indica el principio o el fin de la partida, como la alta calidad de los efectos sonoros que acompañan a los golpes, incluso en el limitado en ese sentido 48kbs.
Jugando contra el ordenador, este demuestra un nivel aceptable, aunque no llega a ser demasiado difícil ir subiendo de categoría, por lo que la mejor forma de exprimir toda la diversión que podemos sacar a este juego es, sin duda, en el modo de dos jugadores, llegando a alcanzar piques sublimes repartiéndonos estopa educadamente con un amigo, aunque no hay que olvidar que se trata de una lucha de caballeros ante todo y las partidas se inician o finalizan con una inclinación a modo de saludo.
La calidad y el alto grado de diversión que proporcionaba la primera entrega, desembocaron en un éxito de ventas que hizo que aparecieran dos secuelas, Fist II, que se trataba de un mediocre arcade con scroll lateral, y Exploding Fist +, que intentó retomar el espíritu del fundador de la saga, pero ninguno llega a los niveles de entretenimiento que ofrecía éste.
Definitivamente, si no querías calentarte mucho la cabeza, era una excelente opción alimentar al Beta con una de las películas de Bruce Lee, o de un jovencísimo Jackie Chang o hacerle caso al Sr. Miyagi con aquello de dar cera-pulir cera. Tanto como cargar en vuestro ordenador este The way of the exploding fist y disfrutar tumbando enemigos con golpes acrobáticos del maestro de kárate que todos llevamos dentro.
Calidad y diversión en un TOP ventas del Spectrum
Gráficos - 92%
Movimiento - 91%
Sonido - 75%
Jugabilidad - 85%
Adicción - 86%
86%
TOP EMS
Melbourne House nos regaló The Way of the Exploding Fist, un clásico del Spectrum que rebosa calidad y personalidad por cada uno de sus pixels.
Glorioso juego y uno de mis recurrentes en emulador.
Típico de la época: intentar cargarnos al oponente golpeándolo sigilosamente mientras estábamos agachados. Si le alcanzábamos la punta del pie…
El sonido es flojo pero ESE GOLPE que sonaba DOLÍA DE VERDAD.
Uno de los juegos que era de "obligado cumplimiento" en las largas tardes de invierno cuando nos cansábamos de experimentar con las cintas de 90 plagadas de juegos mediocres que "caían" en casa de uno o de otro.
Lo mejor de este juego es que ha envejecido muy bien tanto gráficamente como en jugabilidad, resultando sólo destacable, como bien apunta el artículo, como digno competidor y jugando en la liga de las espadas, Barbarian. Cuando probé YieArKungfu me pareció que no se había avanzado nada desde TheWayOTEFist, por poner un ejemplo de lucha oriental.
Había una recreativa por aquel entonces en el que había un luchador de rojo y otro de blanco y yo decía "tengo un juego mejor en el Spectrum", hasta tal punto idolatraba a Fist 😉
Un claro ejemplo de que las limitaciones del Spectrum sólo son un problema cuando construyes sin pensar que hay algo más y adaptándote a sus requerimientos.
Un juego impresionante que, para mi gusto, no fue superado. El que se quedó más cerca fue el ik+ pero es que exploding fist era del 85, más mérito si cabe. Tenia gran variedad de mivimientos y se realizaban con suavidad, buenos gráficos, etc… clasicazo de tomo y lomo. Gran artículo sorceneger.
Una gozada de juego, imprescindible junto al Barbarian (el de combate). EL IK+ también era un juegazo, pero ya mucho más moderno (que decir de ese escenario idílico y la suavidad de movimientos).
No obstante, tanto Exploding Fist como Barbarian, tenían el ingrediente mágico de ir avanzando fases en el modo de un jugador. Puede parecer una tontería, pero es lo que le daba la salsilla si jugabas solo.
GRANDIOSO. Y no digo más.
Para empezar, la introducción me a encantado Sorceneger. Me ha hecho situarme en la época de mitad de los 80. Todos hemos hecho lo mismo que expones ahí. Qué bueno. XD
Éste fue uno de mis primeros juegos de Spectrum, de hecho, aún lo conservo original con su estuche y demás, y nunca he sido capaz de desacerme de él.
Exploding Fist creo que está basado en una recreativa de Data East que salió en 1984, y que era practicamente igual, salvo que en la recreativa había fases de bonus entre combate y combate, como romper tablas de un golpe, o la mítica fase de bonus que consiste en parar a un toro de un golpe (vaya que recuerdos!!!). Y antes que Street fighter saliera a la calle.
Por lo demás, exploding fist es el mejor juego de lucha uno contra uno que se programó para spectrum, ni siquiera Barbarian lo igualaba, aunque se acercaba bastante. Me pasé tardes enteras jugando con mis hermanos y vecinos, y los piques eran descomunales. Yo siempre preferí el control con teclas a joystick, auque a priori fuera más engorroso, la precisión era necesaria y me hizo ganar muchos combates. Era increible el placer que se setía, cuando tumbabas a un colega de una patada giratoria limpia, o de un puñetazo en el pecho.
Una cosa a su favor es que a día de hoy aún sigue siemdo muy rejugable.
Excelente juego!!! Es un clásico (10/10)
PD: ¿Cómo es que nadie se ha acordado de él hasta ahora ;D?
Comparad con Karate Champ para ver las similitudes:
http://gamesanctuary.blogspot.com/2007/01/clsicos-karate-champ.html
Un saludo!!!
Hoz3
OBRA MAESTRA ABSOLUTA!!!
Estupendo artículo y genial juego. Nunca llegué a jugar a dos jugadores, pero un montón de veces llegué hasta 10º DAN y seguía hasta la extenuación.
Uno de los juegos "icono" del Spectrum sin ninguna duda.
Tremendo el Juego y tremendo el artículo, ¡Como os lo curráis !,
Para mi el mejor juego de lucha del speccy. Tenía todo: buenos gráficos, buenas animaciones y buena jugabilidad.
He jugado al Karate Champ de Data East y el Exploding Fist de spectrum me parece superior. Esa suavidad y variedad de movimientos, esos decorados preciosos, el combate a dos jugadores,… que delicia! Poco antes de descubrir esta joya me encontré con International Karate de System 3, también muy bueno, pero para mi gusto inferior. Luego llegaron juegos como Street Fighter (el primero, correctito y gran desconocido) y sucedáneos como HKM. En mi opinión, The Way of the Exploding Fist es la joya de lucha "face to face" en el zx. Por cierto, estaría bien que comentaramos su secuela, otro juego que dió mucho que hablar en su momento, para lo bueno y para lo malo.Saludos.
A mi me parece una experiencia de juego más satisfactoria el Karate Champ que el Exploding simplemente por el control con doble palanca que tiene éste titulo. Me parece muy acertado éste control y está muy bien implementado. Tener una máquina arcade y poder disfrutar del Karate Champ con doble palanca no tiene precio.
Eso si, el exploding es un muy buen juego,el mejor de artes marciales que ha visto un Spectrum de lejos, pero si lo tengo que comparar con el Karate Champ, para mi, sale perdiendo.
Tienes razón en lo de la dobre palanca. Si algo negativo tenía el TWOTEF era jugar con teclado, demasiados controles! Otro punto a favor de Karate Champ era la variedad de pruebas y enemigos.
Me ha encantado la introducción al juego porque todo lo que cuentas era parte de los 80, en mi casa eramos de beta y spectrum y de bruce lee el verdadero no los sucedaneos jejeje.
Exploding first un buen juego que me permitió unas buenas tardes de vicio aunque algo complicado de manejar a mi juicio.
Recuerdo que por aquella época estaba apuntado a karate y lo más impresionante de este juego es que los movimientos de los karatekas son movimientos reales del kárate, también el Karate Champ (genial también) es muy fiel en este sentido al arte marcial (menos por las volteretas, claro!). Sin duda, ésto es exprimir un Z80 al máximo y lo demás tonterías.
De lo mejor que hay en su género. Muy buenos gráficos y los paisajes del fondo están muy bien diseñados. Los movimientos están también muy conseguidos. ¡Y esa música de inicio o final de combate tan chula! XD
Con el paso del tiempo lo encuentro un poco fácil, y se hecha de menos algún otro fondo más, aunque supongo que será cosa de la memoria disponible. Pero en definitiva es un juego muy entretenido.
Un autentico juegazo, incluso hoy dia. Otro de los grandes programas hechos para el Spectrum, aun recuerdo como me quede con la boca abierta la primera vez que lo vi.
A mi me aburría, le di bastantes oportunidades, pero el tema del juego no me terminó de convencer.
un juego imprescindible y como casi todos opino lo mismo icono del genero de lucha.
Hola,
me pasaba horas con un colega en el 48k de gomas , se nos escapaban ostias hasta a nosotros. Este y el BombJack horas y horas y horas hasta que se nos hacía de día (en las casas el televisor sólo estaba libre por las noches…) ..;-)
Holas
No es en el Lingote donde sale, el Lingote fue una recopilación de 10 juegos que se vendió en la navidad de 1987 (aquella que a sabrina se le salió la lola en tv)
Exploding fist salió en una recopilación de 10 juegos hecha el año anterior, de hecho se llamaba los 10 mejores de 1986 (a un precio increible ponía debajo) y si que era increible, 2995 pts. cuando en aquellos años un solo juego costaba 2000
Esa recopilación se vendió mucho menos que el lingote, no se si porque hubo menos ejemplares o porque solo la vendían si comprabas un ordenador, digo esto porque yo compré un +2 esa navidad y el tío de la tienda tenía la recopilación escondida debajo del mostrador y la sacó y me la ofreció, me extrañó que no la tuviera a la vista con la ofertaza que era y pienso que debía tener pocas y venderlas solo a clientes que hicieran más gasto
Los juegos eran una maravilla: turbo esprit, zorro, spy hunter, bruce lee, three weeks in paradise, cauldron 2, rock 'n lucha, saboteur, abu simbel profanation y el exploding
Respecto a la máquina de karate champ aunque tecnicamente era mejor que el exploding también era más aburrida porque para pasarla primero había que hacer siempre voltereta atrás, voltereta alante y puñetazo y luego dos volteretas alante y salto con patada, además de la prueba de romper tablas y luchar contra el toro había una de esquivar objetos que era xunguisima, yo solo la pasé una vez (5 objetos en total)
LLevas razón, el paquete en el que venía el Exploding Fist no era el Lingote, sino el Super 10.
Un grande!!!
Las peleas a dobles eran una auténtica gozada. Mejor y más adictivo que posteriores reinterpretaciones.