
Cosas de la vida. Hará cosa de un mes un servidor apuraba los últimos compases de L.A. Noire, magnífico acercamiento al género Sandbox de Rockstar Games ambientado en la ciudad californiana durante los años 40. Y os preguntareis ¿Qué demonios pinta L.A. Noire en El Mundo del Spectrum? Pues nada de nada. Sin embargo la vuelta al escenario del crímen en la obra de Rockstar hizo que revivieran viejos recuerdos de un programa que, a día de hoy, sigue dejándome con un sabor de boca agridulce.
Cuando todavía era un mocoso un viejo amigo de batallas spectrumeras me prestó una de sus numerosas y gloriosas cintas TDK con tropecientos juegos grabados. Para mi sorpresa aquella vieja cinta incluía un programa novedoso y nada parecido a la mayoría de los que pude catar: Vera Cruz. ¿Quien diría que tantos años después este juego seguiría siendo tan enigmático como lo fue entonces?
En Vera Cruz nos ponemos en la piel de un sargento de policía de la brigada de homicidios al cual corresponde la resolución del crimen de una atractiva chica. En esta primera parte somos trasladados directamente a la escena del crímen, los apartamentos Forest. La víctima yace en el suelo de su domicilio. A su alrededor objetos como una pistola, un caja de cerillas o un manuscrito ponen las primeras interrogantes sobre la investigación. Tomo nota; lápiz, papel, un poco de ingenio y algo de lógica pueden ser suficiente para comenzar. A través de un pequeño recuadro puedo inspeccionar minuciosamente todos los detalles, ampliando la imagen de los objetos a analizar y mostrando datos muy útiles para el caso. Compilo toda la información que puedo con las pistas encontradas. Entonces llega el momento en el que me doy cuenta que debo pulsar play para poder seguir jugando. Desgraciadamente para mi desesperación el bloque de carga siguiente era ya de otro juego. Aquella cinta solo incluía la primera de las dos cargas que compone el juego ¡Plan chafado! ¿Y ahora qué? Pues nada, como dice una canción de los cerebrales Mamá Ladilla: Naces, creces, te jodes y mueres.
Pero no, la vida a veces da segundas oportunidades en forma de emulador. Ahora sí, ¡Podría cargar Vera Cruz y jugarlo como mandan los cánones! Desgraciadamente a veces ocurre que las segundas oportunidades no son lo que esperábamos.
Algunos años después y con el emulador R80 en mi poder no me faltó tiempo para cargar muchos de los juegos de infancia. Algunos fueron revisitados y otros descubiertos. Vera Cruz no era ni lo uno ni lo otro, era algo a medias. ¡Pero ahora si! Cargo el juego, vuelvo a anotar todas y cada una de las pistas encontradas…pulso play y voilá…
Ante mí un pantallazo con una especie de equipo electrónico con impresora. A continuación se nos pide introducir las pistas encontradas en el apartamento. Tras ello accedemos al ordenador conectado a una red (Diamond Computer Network) con el que hemos de trabajar para poder encontrar un sospechoso. Y hasta aquí puedo leer.
El ordenador incluye algunos comandos como «mensaje», para poder comunicarnos con otras comisarias de la capital francesa (y poder así obtener valiosa información), «declaración» para poder oir lo que cualquier persona relacionada con el caso pueda aportar, «reconocimiento», para poder llevar a cabo un minucioso reconocimiento grafológico o incluso una autopsia, «comparación», para poder medir hechos contrastados con declaraciones de los testigos, y «arrestar» para poder llevar al calabozo a nuestro sospechoso número 1.
Tras una minuciosa lectura de las instrucciones no llego a aclararme. Se nos pone al corriente de los parámetros del ordenador pero con escasez de información en la manera de proceder con él. No me hago con el timón, pruebo todos los comandos, empleo los códigos que aparecen en las instrucciones, los nombres, todo. Pero poco ocurre. Todo lo que pude averiguar gracias a una autopsia es que la chica fue tiroteada a bocajarro y que una bala le perforó un pulmón y el corazón. Y aquí concluye lo que se supone iba a ser una gloriosa continuación de la primera carga que tantos años antes me dejó con sabor a poco. Creo que el mismísimo Cole Phelps de L.A. Noire hubiera sudado sangre para dar con la tecla. Me temo que, como en muchas aventuras conversacionales del momento, el más mínimo caracter sobrante o faltante en el texto hace que nuestras esperanzas acaben como la chica del apartamento. Finalmente y tras agotar mis opciones con el dichoso ordenador policial me doy por vencido. ¡Maldita sea! Con la lectura de las instrucciones no me bastó para poder avanzar así que no quedaba otra que investigar un poco por la red. Con lo bien planteado que está el juego y lo horrorosamente lamentable que es verse atascado en un teclado con pantalla e impresora que no reconoce nada de lo que le intentas decir. Otra opción es que el que aquí escribe no valga para este tipo de juegos. Puede ser. Sin embargo un rápido vistazo a la prensa de la época hace que la idea de una dificultad ciertamente alta (60/100) juegue a mi favor. Más concretamente Crash número 34 de Noviembre del 86:
«L'Affaire Vera Cruz es una publicación mucho más prometedora que la última hasta ahora de Infogrames, Mandragore, pero falla como mínimo en su presentación al crítico. Se ofrece poca ayuda para pasar lo que es un juego muy complejo y uno no puede más que desarrollar una sana intuición por calar juegos de los que se han desentendido. ¿Es que la compañía no quiere que el crítico llegue lo suficientemente lejos como para conocer el juego?»
Seguramente con una mayor información para el jugador el resultado hubiera sido más satisfactorio. No es fácil abrirse paso en la segunda carga, hay que saber qué información poner y hacerlo de manera exacta. Una errata cualquiera y no obtendremos una respuesta útil. Es quizá de esos juegos en los que probabas cientos de combinaciones hasta que dabas con la correcta. Todo ello no quita que el típico «fiera» del momento se lo acabara, de hecho Crash hizo públicas un par de cartas de usuarios que lo completaron y compartieron la manera de hacerlo. Ver para creer, aunque cosas más difíciles se han visto.
Como ya anticipé la red era la única vía de escape que me quedaba para poder conocer a fondo la obra de Infogrames. Entonces sí que pude comprobar este programa en todo su esplendor. Para no destripar nada sobre el juego aclararé que tendremos la oportunidad de tomar declaraciones a varios testigos así como a coartadas, pedir informes a otras comisarías sobre objetos o matrículas de vehículos, acceder a informes sobre sospechosos con cargos o encargar pruebas grafológicas entre otras acciones.
A medida que vamos recopilando información toparemos con diferentes sospechosos que pondrán a prueba nuestra pericia como detectives y que, a la vez, nos darán trazos para poco a poco conformar una sórdida historia de bajos fondos.
Una de las decisiones que el jugador tendrá que tomar será creer a uno u otro sospechoso / testigo ya que en algún momento de la investigación nos veremos inmersos en un fuego cruzado de acusaciones. Por ello es importante formular varias hipótesis para poder seguir la investigación por buen camino si alguna de ellas nos lleva a la deriva.
Ante la evidencia de la escasa variedad visual en Vera Cruz, las descripciones gráficas (80/100) tanto de la escena del crimen o las pistas así como de los informes están muy bien cuidadas. Puesto que en un juego de estas características no tenemos movimiento que apreciar me centraré esta vez en la respuesta del programa a las instrucciones que introducimos para avanzar en el caso (60/100). Pero para ello no está de más que recordemos que a mediados de los 80 el tipo de juego más cercano al producto de Infogrames fueron las aventuras conversacionales, las cuales en sus primeros años eran más bien cerradas si no dábamos una orden exacta. Pues bien, en ese sentido decir que Vera Cruz sigue el mismo patrón si bien el contexto en el que se desarrolla el juego quizá aporte algo más de lógica a la hora de introducir órdenes que la típica aventura conversacional en la que «todo» podía ocurrir. Eso sí, que nadie piense que resolver el caso va a ser cosa fácil. Como de costumbre hay que echarle un poco de coraje y paciencia, ya no para desenmascarar al asesino, sino para poder avanzar en nuestras pesquisas.
Del apartado sonoro no hay nada que decir (30/100) puesto que lo único que oiremos serán unos simples efectos sonoros cada vez que escribimos un carácter en la pantalla de nuestra ortopédica computadora policial. No hubiera desentonado para nada algo más en lo que a sonido se refiere. Una melodía in-game o una serie de efectos se hacen necesarios y es que cuando llevamos un rato intentando averiguar algo el silencio lo hace todo más tedioso.
La originalidad es de largo el punto fuerte de este programa (85/100). Como podréis intuir Vera Cruz no es el típico juego de Spectrum. No, no vamos a controlar ningún sprite por ninguna plataforma, ni podremos disparar armas, salvar obstáculos o morir de cualquier manera. No vamos a tener ningún protagonismo en pantalla excepto a la hora de dar órdenes para poder recopilar alguna pista o información. Una pena que B. Gilles no pensara en la inclusión de algún escenario más donde rastrear nuevas pistas porque ello hubiera hecho de este programa algo más variado y atractivo. Aún así estoy seguro que el agraciado que tuviera la oportunidad de catar el juego en el año de su publicación disfrutó muchísimo descubriendo un juego tan original en su propuesta.
Gilles Blancon, de nuevo a través de Malcolm J. Herd, optó por dar continuidad a la saga sacando a la luz The Sidney Affair, otro complejo asesinato a resolver aunque, eso sí, con algún escenario extra pero siguiendo las mismas directrices que su antecesor y, por lo que he podido indagar, con unas instrucciones igual de estériles que las que incluye Vera Cruz.
Bueno, se acabó el misterio Vera Cruz, al menos para mí. Después de muchos años ya conozco como es el juego y aunque he de reconocer que esperaba algo más no es ni mucho menos un mal programa. Algo bueno tiene que tener cuando jugando a L.A. Noire me acordé de él. Caso cerrado.
Yo siempre tuve curiosidad por saber como era este juego.Recuerdo que lo vi anunciado en una revista y se veía la pantalla de la primera parte y aluciné.Creo que la revista era de MSX.Por cierto,las versiones de MSX y Amstrad también están en español, al contrario que la de Spectrum.No se hizo una versión en nuestro idioma?
Buen apunte Toni. No sabía que las otras versiones estuvieran disponibles en castellano. Que yo sepa en Spectrum Vera Cruz sólo está disponible en inglés. Un saludo.
Genial introducción a un juego que no conocía 🙂
¡Nunca es tarde para conocer un juego nuevo! Es increíble, no solo no lo había jugado sino que no me sonaba ni el nombre. El catálogo del Spectrum es absolutamente inabarcable.
Eso sí, L.A. Noire no tiene nada de RPG…
Saludos Morbidme. Tienes razón, donde puse RPG quise decir Sandbox aunque, pensándolo mejor, L.A. Noire tampoco es en un sandbox en su totalidad ya que aunque tienes un mundo abierto para explorar y actuar el juego acaba llevándote por la línea de investigaciones que dan cuerpo a la historia del juego. Aún así te deja cierta "libertad" para hacer otras cosas aparte de la historia principal del juego. Bueno con esto creo que queda aclarado mi despiste. ¡Un saludo!
Despistes tenemos todos, y yo el primero. Lo importante es que me has descubierto un nuevo juego. Gracias!!
Gracias a tí por la corrección 😉
Oh, sí. Tuve este juego en su momento (pirata, pero con la segunda carga), y también, todo de maravilla en la escena del crimen (recuerdo que me sentí muy satisfecho de haber encontrado el casquillo en la primera inspección) pero luego no pude avanzar en casi nada: ni siquiera tenía el manual, y no recuerdo si le acerté a alguno de los términos.
Pero siempre me llamó la atención. Es una de esas producciones que técnicamente no son ninguna maravilla (la primera parte parece basic con algún dump de imágenes en mc como ayuda), pero resultan memorables por estar desarrolladas de forma muy prolija y coherente.
Llego a esta noticia con retraso!! Yo también estuve en su día intrigado con la publicidad de este juego y fue uno de los primeros que probé en la era emuladores, en castellano en Amstrad CPC. Me encontré atascado en el juego y ni con ayudas fui capaz de conseguir nada así que me propuse destriparlo. Efectivamente, me encontré que algunos errores en la traducción hacían el juego inacabable (no se te decía la palabra correcta que debías escribir). Preparé una versión corregida que está en http://www.amstrad.es/juegosamstrad/internacional/laffaireveracruz.php. Animaos a probarla 🙂
Vaya, parece que se ha colado un punto extra en el enlace: http://www.amstrad.es/juegosamstrad/internacional/laffaireveracruz.php