
No hace mucho que decidí escribir sobre juegos «malos» de vez en cuando aunque hoy no será el caso. Mi estreno en tal decisión se dio con el deplorable Yie Ar Kung Fu II de James Software. Precisamente esta última fue responsable de la creación de un plataformas de esos que era escaso técnicamente pero igualmente cojonudo. Datasoft, que solía aprovechar bien el tirón de las licencias televisivas y cinematográficas, puso el taco para hacerse con los servicios de un hábil espadachín con bigote, nombre y apellido español: Don Diego de la Vega. Datasoft tenía los billetes, U.S. Gold la distribución y James Software las herramientas para llevarlo a la pantalla. Por suerte el resultado esta vez mejoraría a Yie Ar Kung Fu II sobremanera: Zorro, a pesar de no ser un producto deslumbrante, regaló buenos momentos a aquellos que decidieron indagar un poco en él.

Zorro fue programado por James Garon, en la nómina de James Software para la ocasión. Esta casa acumuló un no excesivo número de producciones y en sus comienzos facturaron juegos menores para Activision incluyendo el popular Ghostbusters. Curiosamente Zorro fue el último título en el que trabajó para Spectrum. Bien podía haber continuado su labor el señor Garon y regalarnos algún juego más porque su última obra no justificaba una retirada tan temprana, y es que se pueden poner muchas pegas a este título pero es que aún así sigue siendo un juego tremendamente adictivo y entretenido.
En algunos aspectos me recuerda a Sir Fred, salvando las distancias técnicas por supuesto; su planteamiento en forma de videoaventura, pantallas donde se requiere algo de seso en lugar de destreza con el teclado, combates a espada, escenarios variados, situaciones divertidas e ingeniosas y la dama en apuros de turno. Mucho bueno por descubrir.

Desde chico he conocido a este personaje pero la verdad es que nunca supe muy bien de sus orígenes. Para mi sorpresa el viejo zorro tiene más años de los que creía y es que esta suerte de Robin Hood californiano nació en 1919 de la mano de Johnston McCulley. Aunque de origen noble el personaje reta a las autoridades cuando hay un abuso sobre el pueblo, un pueblo gobernado por los mejicanos en la primera mitad del siglo XIX en la costa oeste americana. Se cree que McCulley pudo haberse inspirado en bandidos reales de la zona californiana de la época. En cualquier el personaje tuvo buena acogida, la suficiente como para acaparar numerosas publicaciones, tanto escritas como cinematográficas.

La partida empieza con el rapto en nuestras narices de la amada. Es un original comienzo; la señorita deja caer lentamente su pañuelo sobre el zorro, quien observa desde abajo como éste queda enganchado en la manivela de un pozo. A continuación uno de los guardias del malaje sargento García se lleva a la dama a punta de espada. Tenemos la opción de perseguir al raptor y la raptada pantalla tras pantalla pero al final no seremos lo suficientemente rápidos como para evitar el encierro. Al menos nos queda el consuelo de un enorme corazón desde las alturas. Y así comienza esta maravillosa aventura.
A lo largo de un número no demasiado excesivo de pantallas el enmascarado californiano tendrá que ingeniárselas para utilizar objetos tan dispares como una botella, una trompeta, una maceta o una campana y seguir abriendo accesos a nuevas estancias y alcanzar nuevos lugares que visitar en pos del anhelado rescate. Por el camino los esbirros del sargento García nos harán frente aunque tampoco es que sean unos duros rivales. Pocos duelos son los que perderemos a espada, seguramente perderemos más vidas cayendo al agua que tintineando aceros frente a uno de estos guardias. Cada pantalla de Zorro es un enigma en sí; en cada una nos toparemos con algún objeto o personaje que pondrá a prueba nuestro ingenio.

Hay lugares, como por ejemplo la pantalla del sofá, por la que pasaremos numerosas veces y otros como la zona subterránea al pozo que visitaremos una o dos veces para una tarea específica. Otras estancias que conforman el mapeado del juego son la cantina, llena de borrachuzos a los que podremos invitar a un trago, el cementerio con sus tumbas misteriosas o el establo donde algún animal espera conocer la última letra del abecedario en sus carnes. Si uno logra avanzar lo suficiente descenderá a las catacumbas, la parte más «oscura» del juego para luego emerger al presidio y hacer justicia con todos los encarcelados por García justo antes de rescatar a nuestra señorita. Con este conglomerado de estancias, cachivaches y personalidades Zorro se erige como una aventura original y dinámica como para robarle unos minutos al reloj y es que el título de Datasoft recoge lo mejor de The Goonies y Bruce Lee, dos joyas marca de la casa, para engarzar combates e ingenio por igual en el marco histórico y ficticio creado por McCulley.

La aventura está muy bien pensada para tenernos delante del televisor comiéndonos el coco, lástima que los combates cuerpo a cuerpo no den más de sí, es lo que le echo en falta a este juego en lo referente a la dificultad. A pesar de ello completar Zorro nos llevará un rato hasta que descubramos cómo, dónde y con quién hemos de interactuar en las diversas situaciones que nos veremos envueltos. A medida que uno va resolviendo los enigmas que presenta el juego irá acumulando más puntos. Cada vez que completemos una tarea un puntaje específico comienza a decrecer hasta que completemos el siguiente objetivo así que el tiempo también cuenta si queremos sumar «bonus points».
Un vistazo a los pantallazos y veréis que no son los gráficos el fuerte de Zorro. Diseños básicos en torno a sprites y escenarios con predominio del blanco y el amarillo (¡Ayyy esas tierras californianas!). La verdad es que los juegos de Datasoft rara vez han lúcido por lo visual, tampoco es que haga falta si uno toma el entretenimiento y la adicción como estandartes de su producto. Gráficos modestos pero suficientes para lo que se propone.

El movimiento tampoco es para ensalzar, algo tosco pero igualmente suficiente amén de la representación del movimiento en pantalla, simple pero efectiva. Zorro, como ya dije antes, es un juego de pantallas, aquí el scroll no tiene sentido ninguno. Los combates tampoco son lo más exigente que uno puede ver pero son graciosos, vistosos y están bien ejecutados a la vista. Para terminar de puntuar este juego decir que el apartado sonoro está a la misma altura que el gráfico, limitado y para cumplir. Una pegadiza pero breve melodía abre la partida y a lo largo del recorrido algunos efectos sonoros pondrán voz a los objetos que usemos. Poco más.

Lo grande de este juego es que siempre te acuerdas de él a pesar de sus limitaciones. Indagando por la red, y para mi sorpresa, me he encontrando con opiniones encontradas respecto al mismo. En Sinclair User, abril del 86, John Gilbert afirmaba «Zorro es como Jet Set Willy pero con espada» al mismo tiempo que lo comparaba con el Hunchback de Ocean. Aún así Gilbert no alabó en demasía las virtudes de Zorro otorgándole 3 estrellas sobre 5. Microhobby va más allá afirmando «menos mal que los programadores están comenzando a crear programas originales y con mayor calidad. Este, evidentemente, no es el caso de Zorro».
Por si fuera poco la mayor puntuación del medio hispano es para su dificultad. Crash, en su número de marzo del 86, también ataca sin piedad dejando su nota media en un 53/100 y tildando al juego de previsible. ¿Es que a nadie le gustó Zorro? ¡Sí! Rachael Smith de The Your Sinclair Rock’n’Roll Years considera que el título de Datasoft merece un 8/10: «Zorro es divertido de jugar y sorprendentemente adictivo». Y lo que es más importante, los usuarios de World Of Spectrum no han dudado en endosarle un 7.9, nota nada desdeñable si tenemos en cuenta que títulos de muchísima más calidad que este acumulan poco más de nota.

Y hasta aquí la review de Zorro, un producto con solera y sabor auténtico a videoaventura de esos que muchos echamos de menos en los tiempos que corren. Si no lo conocéis no está de más una partidita. Si le pilláis el tranquillo seguro que echáis un buen rato desfaciendo entuertos y poniendo en jaque a los secuaces del mejicano García. ¡Un saludos a tod@s y hasta la próxima!

Firma: J. Pinteño (Kidsaguf)
Siempre te acuerdas de él a pesar de sus limitaciones
Gráficos - 64%
Movimiento - 70%
Sonido - 61%
Jugabilidad - 81%
Adicción - 87%
73%
Un producto con solera y sabor auténtico a videoaventura de esos que muchos echamos de menos en los tiempos que corren.
Totalmente de acuerdo con la review.
Zorro es un título encantador por donde se lo mire. La ingenuidad de las situaciones es única, y los gráficos esquemáticos están tan prolijamente concebidos que parece el trabajo de un director de arte.
Juego divertidísimo, y bastante sencillo de terminar.
Una pena el movimiento del personaje, es demasiado torpe.
Tengo un grandisimo recuerdo de este juego. Nunca llegué a terminarlo ni con la guía. Era muy austero en cuanto a sonido y los gráficos eran correctos. No me atrevo a cargarlo hoy día. Prefiero dejarlo intacto en mi memoria como un juego con personalidad.
Zorro siempre me ha enganchado a pesar de ser gráficamente pobre y sin apenas sonidos. Los puzzles tienen casi siempre una solución ingeniosa.
Al igual que Bruce Lee, es de esos juegos que sin sobresalir dejan un buen recuerdo.
Un juego que sin destacar en ninguno de sus apartados siempre está en esa lista de buenos recuerdos, por algo será.
Un juego que combina el puzle con la aventura con unos gráficos de cine y un argumento así como de teleserie latina . . . uno de mis preferidos del Spectrum y no me pregunten por qué pero pasaba horas y horas jugando a Zorro antes que a Target Renegade u otros clásicos de aquella máquina ! TONELADAS DE NOSTALGIA QUE JAMÁS OLVIDARÉ !