
A final de la década los señores Spielberg y Lucas decidieron eliminar el sabor agridulce del Templo Maldito con una cuidada producción. Indiana Jones y la Última Cruzada se presentó como el broche de oro a una trilogía que había cambiado el género de aventuras para siempre.
Con la lección aprendida y el correr de los años, Lucasfilm Games se separó de Atari y supo hacerse un nombre en el mundo de los videojuegos. Puesto que la espectacular Graphic Adventure estaba fuera de nuestro alcance, los «ochobiteros» debimos conformarnos con el Action Game. Esta también había sido pensada originalmente para máquinas de 16 bits, por lo que acabamos jugando un port con luces y sombras.
A diferencia de Indiana Jones and the Temple of Doom, las diferentes fases de “Indiana Jones and the Last Crusade” siguen el recorrido de la película de principio a fin. Comenzaremos en las cavernas situadas en el parque nacional de Arches, en Utah, donde abismos, ríos subterráneos, matones armados nos aguardan.

En este primer nivel encontraremos un gran número de cuerdas que deberemos utilizar con rapidez, ya que la luz de nuestras antorchas se irá terminando y la oscuridad total nos causará la muerte. Cuando logremos obtener la cruz de Coronado y hayamos salido de la cueva, seguiremos siendo perseguidos por la techumbre de un tren lleno de peligros.
La segunda fase empieza con un buen susto para los piratas, ya que nos espera una clave cifrada que será imposible de descifrar si no compraste el juego original -o hiciste la fotocopia correspondiente-. Si todo iba bien aparecíamos en las catacumbas de Venecia, con una mecánica similar en cuanto a saltos y cuerdas se refiere, pero con obstáculos inesperados, tales como ratas o bolas de fuego.
Tras obtener el escudo del caballero, deberemos trepar por las paredes del castillo de Brunwald en una carrera contrarreloj, pues la fuerte tormenta que se ha desatado irá derrumbando partes esenciales del escenario.
En la tercera fase recorremos el interior de un dirigible en busca del diario del Grial. Puesto que llevamos un pase falso, su validez se esfuma rápidamente y deberemos encontrar otro antes de que suenen alarmas. En este caso, los soldados alemanes que pululan por el recorrido aumentarán su velocidad.
La cuarta y última pantalla es una alocada sucesión de saltos y zancadas en un derruido santuario de Jordania. Una vez más, el tiempo será nuestro mayor enemigo. Al final del camino nos espera el Santo Gríal, elemento central de la película que salvará de paso la vida de nuestro malherido padre.

Nos encontramos frente a un juego clásico de plataformas, de scroll lateral, en el que se observan ralentizaciones en algunos movimientos. Saltos y golpes de látigo son demasiado lentos y nos pueden dejar peligrosamente expuestos, ya que los enemigos avanzarán hacia nosotros a una velocidad constante. Aunque no se trate de un pixel perfect, saltar en el lugar y momento adecuados resulta esencial en muchas partes del juego. La caída al abismo o el contacto físico con el enemigo nos quitarán una vida, mientras que los impactos de armas o las caídas desde pequeñas alturas nos restarán energía pero no son necesariamente mortales.
Esta nueva entrega tenía una calidad gráfica superior a la del título anterior. Los escenarios están más elaborados y el tamaño de sprites permitía ciertos detalles, como la indumentaria o la manera de caminar. Aunque estas características compensaban la falta de colores en pantalla, lastraban el movimiento y repercutían negativamente en la experiencia de juego.
La mecánica se hace monótona, y tienes la sensación de estar jugando la misma fase una y otra vez. La dificultad es moderada y el juego se puede acabar perfectamente sin ayuda de pokes, cargadores ni trucos. Eso no quiere decir que el jugador lo tenga fácil, pero podrá superar los obstáculos con un poco de práctica. Finalmente, podemos salvar los efectos de sonido en 128k, ya que la versión 48K es decepcionante.

Las revistas se dejaron llevar por la promoción de la película, e incluso otorgaron sus portadas a Indiana Jones. La crítica de Microhobby (año VI, nº191) fue la más generosa. Sus valores oscilaban entre el 8 y el 10. Por su parte, Micromanía (2ª Época, nº16) ofrecía un reportaje y una versión comentada con imágenes de ZX Spectrum pero sin ofrecer puntuación. El texto promocional indicaba que nos encontrábamos ante un juego histórico, lleno de detalles y acción sin límites que, desgraciadamente, no se confirmaban en la realidad.
Una versión de Spectrum con luces y sombras
Gráficos - 91%
Movimiento - 78%
Sonido - 80%
Jugabilidad - 69%
Adicción - 61%
76%
Indiana Jones y la Última Cruzada es un juego con una mecánica algo monótona con valores técnicos notables pero con más sombras que luces.