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Kung Fu Master (1986) US Gold

El KUNG FU MASTER fue una de tantas recreativas de éxito que a nuestro país llegaron con un cierto retraso, ya que aunque podamos pensar que es posterior, su placa data de 1984. Este famoso arcade narra las aventuras de Thomas y su novia Sylvia, que es raptada y llevada al Templo del Diablo. Este templo consta de cinco pisos principales, todos ellos con marcado diseño tradicional japonés, y está plagado de malvados karatekas, guerreros con sticks, lanzadores de puñales y todo tipo de fauna destinada a hacernos la vida imposible.

Fue uno de los lanzamientos más exitosos de Irem en recreativa, y su importancia para el videojuego es crucial, ya que se trata del primer beat´em up de la historia, utilizando un scroll horizontal. O en otras palabras, es la fuente de la que beben tantos y tantos juegos que nos han deleitado a lo largo de décadas. Una curiosidad poco conocida es que el juego, conocido en Japón como “Spartan X”, versiona una película del mismo nombre de Jackie Chan, llamada “Wheels on Meals” en USA y así figura en los mensajes legales de la versión japonesa de la recreativa haciendo mención a los derechos de la filmográfica. Así que sorprendentemente el Kung Fu Master que todos conocemos, absoluto clásico, es una adaptación cinematográfica.

Kung Fu Master Spectrum

El juego tiene un planteamiento de scroll lateral y contamos con dos tipos de golpes para defendernos: una patada y un puñetazo. Poca variedad, pensaréis, y sólo con la variante de poder ejecutarlos mientras saltamos o nos agachamos. Pero es que la verdadera diversión del juego viene dada por la suavidad del scroll, la gran cantidad de enemigos que nos asedian por ambos lados y el frenetismo que debemos aplicar para deshacernos de todos ellos. La mecánica habitual es despachar en riguroso orden los guerreros de “a pie” que vienen a visitarnos: si se acercan demasiado nos cogerán unos instantes para quitarnos energía, y tendremos que agitar el joystick para que nos suelten. De vez en cuando un lanzador de cuchillos hace aparición y debemos apresurarnos a esquivar sus lanzamientos sin perder de vista el resto de enemigos.

Por tanto, no echaremos en falta ningún golpe: esto es acción, disparo, golpe, un Green Beret de las artes marciales y pura ambientación, emoción y adicción por pasar de un piso a otro.

El cuestionable salto a Spectrum

Y ahora llegamos a 1986, momento en el que la compañía US Gold decide acometer la versión doméstica para ZX Spectrum de este arcade estrella. Como no podía ser menos, estas conversiones eran esperadas ávidamente por parte del aficionado, con la esperanza de tener el nivel de calidad de un Bomb Jack, Paperboy o tantos otros. Kung Fu Master pertenece a la también larga lista de decepciones, y en un lugar privilegiado.

Si buscáis en la mencionada lista, sección “mierdas bizarras” (expresión que leí hace tiempo y que me hizo gracia), lo encontraréis en el segundo o tercer lugar. US Gold, capaz de lo peor y de lo imposiblemente malo, se aprovechó míseramente de las expectativas y sacó al mercado un bodrio cuyo parecido con la recreativa es ficción. La autoría del programa es de David J. Anderson, lo cual debería suponer un agravante ya que es responsable de algunos excelentes programas como Tapper, los dos Beach Head, los World Series y un largo etcétera. En esta ocasión desconocemos si su intervención fue puramente accidental, pero lo cierto es que el único atisbo de estilo que podemos encontrar en relación a otros programas se limita al menú de opciones, con un esquema muy familiar.

Kung Fu Master Spectrum

El apartado técnico del juego es precario y nos puede provocar algún que otro episodio de desprendimiento de retina. Nada de los lustrosos sprites de la recreativa: los personajes y enemigos tienen un tamaño paupérrimo y el movimiento efectivamente es propio de karatekas pero de la tercera edad. Para ello, nada mejor que observar el lanzador de cuchillos, que en lugar de lanzar cuchillos realiza movimientos espasmódicos similares a cuando uno está buscando un WC. Los fondos, además de repetitivos, apenas consisten en diseños de bloques de 8×8 píxeles coloreados de forma espantosa pretendiendo lograr conexiones espirituales armoniosas con el lejano Japón. Más que el Japón medieval tenemos ante nosotros un Fukushima en 8 bits.

El scroll es sin embargo buenísimo: no existe. Sí, hay una especie de cambio de pantalla, un “corrimiento” gráfico que se da de tortas con el concepto original de la recreativa y que hace que pierdas totalmente el sentido de la distancia respecto a los enemigos que nos atacan en el momento de producirse el pseudoscroll. Un detalle de agradecer es la melodía de fondo, algo que ya apareció en juegos como Tapper aunque al final en lugar de aportar algo de musicalidad a la partida más bien acaba por ser una prueba de estrés para tímpanos incautos.

Podríamos esperar al menos que proporcionara la diversión de un Commando, pero la pobreza gráfica y técnica va a la par con el apartado de jugabilidad. Si la dificultad de la recreativa original es mítica, aquí añadiremos una lentitud exasperante ajena al arcade, además de no poder determinar nunca cuál es el momento exacto en que debemos golpear al enemigo y no ser agarrado por ellos una y otra vez.

En suma, una decepción de juego, del cual sólo se salva la pantalla de presentación y algún momento en el que igual nos enganchamos tres o cuatro minutos hasta que caemos en la cuenta de la inmensa “mierda bizarra” que es.

Valoración bizarro-escatológica: 98 %

Una gran decepción para los amantes del arcade

Gráficos - 56%
Movimiento - 25%
Sonido - 74%
Jugabilidad - 21%
Adicción - 36%

42%

En suma, una decepción de juego, del cual sólo se salva la pantalla de presentación y algún momento en el que igual nos enganchamos tres o cuatro minutos hasta que caemos en la cuenta de la inmensa “mierda bizarra” que es.

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jmv

Jesús Martínez del Vas (1973) es Arquitecto, Dibujante y una de las personas que más sabe del Spectrum. Nos ilustra con su arte y sus conocimientos tanto en la web, con interesantísimos artículos, como en el Podcast con sus charlas que nunca querrías que terminaran. También es un ávido coleccionista que cuenta con uno de los más completos catálogos de cintas de Spectrum en nuestro país. Responde al nick JMV, vive en Madrid y lo encontraréis por aquí casi seguro junto a un lápiz y un cassette.

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16 comentarios

  1. Yo gasté decenas de monedas en la máquina original y estaba temblando de emoción cuando el pirata del barrio me lo ofreció a precio módico en cinta TDK. Menuda desilusión, qué rabia, y mira que le di oportunidades, mi maravillosa recreativa no podía ser aquel bodrio infumable…En fin que dejé a Silvia sin rescatar y por lo visto se lio con el jefe de la banda, y aahora tiene cincuenta años, está gorda y con bigote, y puso una droguería en Hong-Kong. Desconocía lo de la peli de Jackie Chang.A ver, quien se anima a poner por aqui un podium de conversiones recreativas tanto buenas (las mías así a bote pronto, Green Beret, Ghost´n'goblins y R-Type)como mierder total, de las de acordarse de la familia de todo el equipo desarrollador (estas me las pienso un poco más, porque no sé con cuales "glorias" quedarme). Buen artículo, JMV!

  2. Junto con el Vigilante, otro arcade de Irem (creo que continuación de éste Kung-Fu Master) y el Dragon Ninja, fueron de mis peores experiencias spectruneras, y eso que las recreativas de los tres me encantaban.
    En fin, de todas formas me ha encantado recordarlo leyendo el artículo.
    Muchas felicidades por ésta magnífica página.

  3. Recuerdo que la recreativa del Kung Fu Master fue la primera a la que eché moneda por propia voluntad. Se podría decir que fue el causante de mi afición. Me encantaba. Me resultaba muy difícil pero tenía algo que me encantaba. Yo también me decepcioné al ver la versión Spectrum. Qué rabia me dió.

    Podría alguien remediar el error y hacer una nueva versión bastarda para Spectrum.

  4. Horas y horas mirando cómo jugaban los demás a la recreativa. Yo nunca echaba, no tenía pelas así que me limitaba a mirar y KungFuMaster era genial. Los gráficos, la música, el sonido y la presentación me parecían de primera.

    La versión de Spectrum me llegó tarde y me pareció mala mala mala. Le di oportunidades pero la jugabilidad no correspondía con la recreativa.

    Una oportunidad perdida de hacer un buen juego de chinos dándose mamporros.

  5. Jugué a la máquina original y vi jugar muchas partidas, incluso algunas acabarlas. De modo que tenía muchas ganas de que saliera la conversión. Ay!, mísero de mi, ay!, infelice, no pude jugar ni tres minutos en mi máquina y nunca más he vuelto a cargarlo ni para recordar como era, tal fue el amargo sabor de boca que me dejó.
    Una conversión para olvidar…

  6. Otro que se apunta al sentir general. La máquina original era un dechado de jugabilidad en la época (y aún ahora con emuladores), y la "conversión" para Spectrum fue un delito de lesa fidelidad (vamos, que cualquier parecido con el original habría sido pura coincidencia).

    Con el "scroll" de esta versión, todavía tengo pesadillas.

    Al César lo que es del César: lo único bueno del juego para mi gusto, la ilustración de la carátula.

  7. Encima muchos nos sentimos engañados, por que utilizaron un video de Kungfu Master para promocionar el Spectrum +2 en los anuncios de la tele, y no era la versión de Spectrum precisamente.

    Aún así, le dediqué mucho tiempo a este juego con la consiguiente frustración. Y es que lamentablemente, no había un juego similar por aquellos tiempos, y el planteamiento tan de recreativa me encantaba. Pero es que, Joder, que injugable era. Y ese scroll de mierda que te hacía palmarla cada dos por tres. Y esas bolas de navidad que caían del techo y salían una especie de patos que parecía que tiraban fuego ( luego me enteré que eran dragones ).

    Después vi la máquina recreativa y me quedé con la boca abierta. Qué suavidad, qué jugabilidad, qué graficos ¡ Vaya mierda de conversión que hicieron U.S. Gold !

  8. Kunfu master y ghost & goblins fueron mis 2 recreativas favoritas y para ambas hubiera deseado mejor suerte en las sus respectivas conversiones.
    Una buena versión de este arcade es una de las asignaturas pendientes del spectrum.

  9. Normalmente al volver de los recreativos, y poner en mi casa conversiones para spectrum, eran todo decepciones, esta claro que era difícil estar a la altura de una recreativa, en esos momentos, el kung-fu master era buenisimo, pedazo recreativa, un 0 en spectrum, lastima.

  10. Este fue mi segundo juego original para el spectrum + tras el "Impossible Mission" de Epyx. Creo que me dió tanta rabia gastarme aquellas 2300ptas de la época en tal truño que, hice de tripas corazón y lo jugué y rejugué hasta la saciedad con tal de encontrarle algo que justificara su compra. Y al final creo que lo encontre, engañandome a mi mismo, es el único juego en la historia del Spectrum en el que puedes matar a tus enemigos a base de pedos. ¿No os sabéis el truco?
    A partir de ahora lo vais a ver con otros ojos, os lo aseguro 😉

    Saludos!!!

  11. Para mi este juego descubre lo ciego que estaba un servidor con el spectrum y sus juegos pues recuerdo como lo flipaba repartiendo ostias. Con el paso del tiempo te das cuenta que la conversión es muy mediocre tirando a mala, que el scroll es una calamidad, que la música es peor y que se podrían haber currado el juego muchísimo más. Indudablemente una de las peores conversiones. Aún así no puedo de dejar de sonreir al echar una partida…

  12. Una gran decepción. Y las limitaciones del Spectrum no son excusa (y si no, ahí está Green Beret para demostrarlo). El arcade original era bestial.

    Pero peor fue lo del One on One…

  13. Como otros compañeros de por aquí, el "Kung Fu Master" fue una de las primeras recreativas que vi en mi vida, y que pude jugar (me largaban rápido, pero disfrutaba de esos escasos minutos de felicidad). A mi hermano y a mí nos encantaba. Incluso a día de hoy, si por lo que sea saltamos o vemos saltar a algo/alguien soltando una patada en el aire, nos es imposible reprimir el famoso grito del karateka Thomas.
    Así que, debido a nuestro amor por la recreativa, y a la (creo recordar, bastante decente) versión de Amstrad que tenían mis primos, y con la que nos habíamos hartado de jugar, comprar el juego era poco menos que un asunto de vida o muerte. Intentamos adquirirlo en una de las papelerías de mi pueblo, donde estaban esos soportes expositores de cassettes, que daban la vuelta sobre sí mismos. Estaba en la parte de 595 ptas (las de 395 ptas estaban en otro de los lados). La pillamos y… ¡no cargaba! No sé si la cinta era defectuosa o qué pasaba. Por suerte el de la papelería nos la cambió por otro juego (no había más del Kung Fu Master).
    Lo gracioso es que nos pasó hasta 3 veces en 3 sitios distintos, con el consiguiente crescendo de la frustración acumulada, que ya nos hacía echar espumarajos blancos por la boca cada vez que veíamos el mensaje de error al cargar la cinta. Pero por fin logramos hacernos con una que cargó bien.
    A día de hoy aún sigo maldiciendo el momento en que el juego cargó correctamente y me proporcionó uno de los MAYORES chascos de mi infancia. Y no hace falta contar más…

  14. Este juego era de esos que ya sabías o te habían dicho que era pesimo, pero que a su vez no podias no tener. Fue ahí, en ese extraño espacio emocional, donde estas gentes de US Gold robaron el dinero a mis padres. Pido perdon a mis padres.

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