
Paperboy, una de las máquinas recreativas más famosas de la época, tuvo conversiones a infinidad de plataformas de ordenador y consola. Por supuesto el Spectrum recibió la suya. La magia de disfrutar de un arcade en nuestros Speccys era difícilmente igualable por otros géneros. Hoy analizaremos el juego que llegó a nuestras casas.

El repartidor de periódicos americano ™
Dentro de la cultura norteamericana (y anglosajona en general) existió un símbolo muy reconocido a lo largo del siglo XX. Fue aquel niño que se dedicaba a repartir periódicos por las calles de las ciudades sosteniendo un montón de periódicos, con uno de ellos bien exhibido, mientras entonaba el mítico grito «Extra, Extra!». En países como España reconocemos claramente su figura gracias al cine y la televisión.
Le llamaban el chico del periódico (o chico de los periódicos), Paperboy. Se trataba del típico primer trabajo remunerado de los niños, una forma de entrar en el mercado laboral de menores de edad cuyas familias necesitaban aporte económico de todos los miembros de la familia, algo impensable hoy día. El famoso estilo de vida americano evolucionó a las grandes urbanizaciones con casas ajardinadas unifamiliares y los chicos de los periódicos se montaron en bicicleta y se pusieron a repartir la prensa a sus suscriptores.
Estaban estos niños en el imaginario colectivo. Formaban parte de la cultura americana. El máximo exponente en el plano humorístico lo pudimos ver durante los años 90 en la genial serie Búscate la Vida. En esta comedia, el treintañero Chris Peterson, interpretado por el actor Chris Elliot, todavía vive con sus padres y su profesión sigue siendo la de paperboy. Toda una «blasfemia» en la sociedad del emprendimiento pero que nos volvió locos con su humor absurdo. Nunca estaremos lo suficientemente agradecidos a Canal + por traernos esta joya y por haber escogido la voz del espectacular actor de doblaje Alberto Mieza.

El fenómeno estaba tan dentro de la sociedad americana que Atari decidió crear un videojuego en el que llevaríamos los mandos de una bicicleta y nuestra misión sería repartir adecuadamente los periódicos a los suscriptores de la urbanización. La recreativa sería lanzada en 1984 y poco después comenzaron a salir las conversiones a ordenador y videoconsola. Prácticamente todas tuvieron la suya. Por supuesto el Spectrum la tuvo, creada por Elite.
La Conversión a Spectrum
El juego fue desarrollado por la dupla Steve Lamb y Tony Mack, que ya habían trabajado anteriormente en Gyroscope. Steve, que años después llegaría a trabajar en títulos para PlayStation, era un enamorado de los salones recreativos, así que para él fue un placer convertir Paperboy.
Lo primero que llamaba la atención de este juego eran sus gráficos isométricos / oblicuos. Un arcade con estos gráficos no era lo más común. Sin duda era muy vistoso y llamaba la atención.
El objetivo no era otro que entregar un periódico a cada suscriptor del Daily Sun. Cada día de la semana tenías el reto de hacerlo con cuidado porque tenías que lanzarlo calculando que lo hacías en su lugar correspondiente sin romper, por ejemplo, los cristales de las ventanas. Eso sí, te daba puntos hacerlo con los no suscritos. Era importante también no quedarte sin periódicos porque cada cierto tiempo podías coger un paquete para reponerlos pero podrías quedarte sin ninguno en el proceso. Un error se pagaría caro: un suscriptor menos al día siguiente. Quedarte sin suscriptores era el fin ,aunque hacer un «perfect» podría suponer nuevos suscriptores.

A la dificultad de calcular el lanzamiento mientras conducías la bicicleta, se sumaba el esquivar a una gran variedad de «enemigos», entre otros: currantes, cortadores de césped, gatos, viandantes o lo que yo llamaba «el donut» te ponían las cosas aún más difíciles. Podías bajar de la acera a la calzada pero ojo, porque un coche podía atropellarte y además no era sencillo volver a la acera, pues tenías que esperar a encontrar un vado o un cruce, lo que te exponía al tráfico durante un buen rato.
Todo esto había que hacerlo sabiendo quiénes eran los suscriptores y quiénes no. Al comienzo de cada día tenías el mapa indicándolo. La dificultad de hacer todo de forma correcta además haciendo memoria con lo que has visto durante unos pocos segundos, era muy elevada. Para los que siempre nos hemos quejado de mala memoria quizá fuera este el factor que más dificultad aportaba.

Al final de cada recorrido tenías una pista de bonus para hacer puntos. Un detalle importante para aportar variedad. Esto resultó fundamental porque si no lo hubieran añadido, la jugabilidad hubiera podido pecar de ser algo monótona.
Veamos qué decía el texto de las instrucciones que llegaron a España:
Monta en tu vieja bicicleta, ponte tu gorra de visera e imagínate desafiando las calles de un suburbio americano. Sólo una gran habilidad y un firme brazo lanzador te pueden permitir superar esta gran y divertida acción durante 7 días. Evita coches, trabajadores, borrachos y cortadoras de césped, todos ellos obstruyendo tu labor en busca del éxito. Acumula puntos repartiendo todos los periódicos a todos tus clientes usuales. También puedes conseguir bonus rompiendo las ventanas de los no suscriptores al periódico. Es una difícil tarea, pero tu jefe cree que la práctica te ayuda a perfeccionarte y generosamente te proporciona una pista de entrenamiento donde puedes obtener valiosos puntos extra. ¡Prepárate para el recorrido de tu vida!
Instrucciones de Paperboy

Además de las ediciones jewel de MCM y en estuche de Zafiro, pudimos comprarlo en el pack de estuche grande 6 Pak Vol.3. Un magnífico recopilatorio con grandes acompañantes: Ghosts’n Goblins, Dragon’s Lair II: Escape from Singe’s Castle, The Living Daylights y Enduro Racer.

Si analizamos los gráficos del Paperboy de Spectrum estaremos todos de acuerdo en que fueron más que correctos. Se perdió, como casi siempre, el colorido y la definición del original pero mantuvo la esencia. El detalle y la enorme cantidad y variedad de los sprites tuvieron un gran mérito.
El movimiento del scroll era relativamente suave. Teniendo en cuenta la complejidad del decorado y la gran cantidad de elementos que se podían mover en ciertos momentos, se logró con solvencia. Cierto es que el tamaño de la pantalla era muy reducido. Los paneles de puntuación, vidas y periódicos ocupaban gran parte de la pantalla. Este viejo truco permitía optimizar los recursos haciendo que no fuera necesario mover más tamaño del que el Spectrum pudiera soportar, pero hay que reconocer que el resultado fue más que correcto y no molestaba. Era lo suficientemente grande para jugar sin problemas.
La jugabilidad fue muy fiel a la original. La fluidez tanto del decorado como de los sprites y las acciones respondían rápidamente. Nada que objetar en este apartado. Si te gustaba la recreativa, en el Spectrum también ibas a disfrutar con Paperboy.

El apartado sonoro resultó un poco decepcionante. Constaba de una pequeña melodía al iniciar la partida y unos escuetos sonidos al lanzar los periódicos, al chocar, saltar y poco más. Haber adaptado la característica melodía del arcade hubiera aportado mayor diversión y hubiera resultado todo más redondo. Una lástima conseguir grandes resultados en lo difícil y descuidar lo más simple.
En definitiva podemos afirmar que nos encontramos ante una gran conversión de recreativa que muchos pudimos disfrutar en el Spectrum. Un juego solvente en casi todos sus apartados. Si no te gustaba el arcade o su propuesta jugable no te convencería su versión doméstica pero nada le podemos reprochar a Elite o sus autores.
Poner hoy Paperboy en el Spectrum es garantizarte un buen rato de diversión y grandes recuerdos. Nunca convertirse en repartidor de periódicos para ponerse a lanzar por los aires el Daily Sun había sido tan divertido.
Nunca convertirse en repartidor de periódicos había sido tan divertido.
Gráficos - 81%
Movimiento - 78%
Sonido - 65%
Jugabilidad - 76%
Adicción - 78%
76%
En definitiva podemos afirmar que nos encontramos ante una gran conversión de recreativa que muchos pudimos disfrutar en el Spectrum. Un juego solvente en casi todos sus apartados. Si no te gustaba el arcade o su propuesta jugable no te convencería su versión doméstica pero nada le podemos reprochar a Elite o sus autores.