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The Trap Door (1986) Piranha

Hacia 1986 llegó a nuestras estanterías un juego realmente llamativo y original de la mano del programador Don Priestley, que anteriormente nos había deleitado con Maziacs, Popeye o Benny Hill. Se trataba de TRAPDOOR, y estaba basado en una popular serie británica para niños. Esta serie estaba realizada con muñecos de “plastilina” y se ambientaba en un oscuro y gótico caserón, en la cual Berk (el azul y simpático protagonista) , acompañado por Drutt (una araña), debía complacer a su amo lidiando con todo tipo de criaturas surgidas de una misteriosa trampilla en el suelo. Los capítulos, de unos escasos 4 minutos, son una delicia y un ejercicio de imaginación que os invito a investigar en YouTube.

Nuestro amigo Berk con las manos en la masa

En España por supuesto desconocíamos esta serie, por lo que del juego podíamos destacar de manera inmediata varias circunstancias:

  • -Enormes sprites muy bien animados con el sello inconfundible del autor. Probablemente hablamos de su mejor juego.
  • Diseño característico y muy atractivo, aunque esto es mérito compartido de una serie que aquí era desconocida.
  • Desarrollo tremendamente brillante y original.

Pero vayamos por partes: en unas escasas pero más que suficientes seis pantallas, Berk debe arreglárselas para atender los caprichos gastronómicos de su señor. Una voz atronadora nos irá indicando, a través de una simpática tipografía, el plato que debemos preparar. El esquema siempre es similar, y basado en la propia serie: abrir la trampilla para dar salida a una (o varias) criaturas, valerse de ella para preparar el plato en cuestión, y todo ello tras preparar los utensilios precisos y recopilar los ingredientes. Así, podremos hacer las siguientes lindezas:

  • Una lata llena de gusanos.
  • Bajar a los sótanos y recoger unas babosas del lago, meterlas en una enorme olla y liberar una criatura que desprende llamas y que nos ayudará a calentar la comida.
  • Preparar un zumo cogiendo un enorme ojo y exprimiéndolo con ayuda de un recipiente y un monstruo saltarín.
  • Hacer unos huevos fritos provocando que un enorme pollo nos de unos cuantos después de golpearlo con un objeto.

Todo este original proceso está perfectamente orquestado, y contaremos con una calavera que nos dará pequeñas pistas para no perdernos. El juego no concluye necesariamente por no terminar las tareas, sino que se trata de hacerlas lo mejor posible. Una vez preparado el plato debemos dárselo a nuestro señor a través de una plataforma, y es probable que recibamos quejas por servirlo frío, por no haber puesto suficiente cantidad o por habernos equivocado de ingredientes. Esto afectará a nuestra puntuación final y a la valoración que nos harán al final del juego. La dificultad influye en el tiempo disponible para cada tarea o a las cantidades de cada comida que debemos preparar.

El juego ofrece un entorno en el que además podemos hacer ciertas travesuras con la propia trampilla y con otros objetos: colocar cosas encima para hacerlas volar, arrojarlas dentro (especialmente divertido es ver gritar a la calavera mientras desaparece), intentar cocinar a Drutt, … Este pequeño margen de libertad no deja de ser un aliciente más y un indicativo del cariño volcado en el juego.

Es complicado encontrar un programa de Spectrum con semejante desarrollo y tan atractivo: sólo es de lamentar en ocasiones la lentitud de movimientos debido a la gran carga gráfica que debe mover nuestro ordenador (con sus escasos 4 MHz), pero esto no impide disfrutar de la aventura.

El juego es redondo además por adaptar de manera tan fiel e inteligente la serie de animación: sólo difiere en que Drutt, el amigo de Berk, es amarillo en lugar de gris y más bien parece una rana saltarina en lugar de una araña. Si veis el primer capítulo de la serie, os haréis una idea muy aproximada del desarrollo del juego.

Valoración global: 8,50/10

Más información:WOS
Firma: Jesús Martínez del Vas

jmv

Jesús Martínez del Vas (1973) es Arquitecto, Dibujante y una de las personas que más sabe del Spectrum. Nos ilustra con su arte y sus conocimientos tanto en la web, con interesantísimos artículos, como en el Podcast con sus charlas que nunca querrías que terminaran. También es un ávido coleccionista que cuenta con uno de los más completos catálogos de cintas de Spectrum en nuestro país. Responde al nick JMV, vive en Madrid y lo encontraréis por aquí casi seguro junto a un lápiz y un cassette.

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13 comentarios

  1. Con el permiso de "The Sentinel" quizás éste sea mi juego preferido de Spectrum. Quizás, digo. Eso si, parece más difícil de lo que realmente es. El que se me resistió y todavía no lo he terminado es el "Through the trap door". Ese si que me pareció más dificil.

  2. Creo que, desgraciadamente, esta serie no salió del circuito anglosajón. Una lastima, al menos para mi, ya que soy un gran aficionado al stop motion mas tradicional.
    Aparte de esto, este es el juego que mas veces me he terminado a lomos de un spectrum. Podría hacermelo con los ojos cerrados.

  3. En su momento me divertí mucho con este original juego. Unos personajes tan grandes moviéndose tan despacio le restan jugabilidad. Es algo que se repite en otros juegos como Flunky o Popeye. Lo curioso es que si los gráficos fueran más pequeños sería otra videoaventura más, de las muchas que hay para Spectrum.

    Por eso este juego es tan especial.

  4. Como dice Juan F. Ramírez ahí arriba, un juego muy especial. "The Trap Door" me dejó impactado desde que en uno de los primeros MicroHobbys que tuve vi esas pantallas llenas de colores y muñecotes gigantes. La buena crítica recibida me animó a hacerme con él cuando tuve oportunidad, y, sin duda, ha sido uno de los juegos que más horas de disfrute me ha proporcionado, tanto jugándolo como viendo cómo mi hermano o mis primos las pasaban canutas para intentar superar cada prueba. ¡Cuánto nos hemos reído recibiendo fogonazos en el trasero, persiguiendo gusanos escurridizos, o siendo acosados por los fantasmas de la trampilla!
    Una gran videoaventura del siempre destacable Priestley, que a pesar de sus pequeños defectos (como la ya mencionada lentitud de movimientos en ocasiones, o la un tanto regulera respuesta del teclado), es un pedazo de programa, tremendamente original y divertido.

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