
No, no os vamos a hablar de la guerra fría: los “topos” de este artículo están compuestos de píxeles y seguro que son muy recordados por los aficionados al Spectrum.
Ian Stewart y Kevin Norburn tenían una tienda especializada en electrónica en Sheffield, Just Micro, que poco a poco fue introduciéndose en el negocio de las computadoras personales. Igual que en muchos otros casos, esta tienda fue el germen de una de las compañías más exitosas de software en UK, Gremlin Graphics. Aparte de sus numerosísimos lanzamientos y de una calidad media muy reseñable, tuvieron el mérito de ser tremendamente longevos (trabajando para todas las plataformas que han existido, desde PS2 o Gamecube pasando por Dreamcast hasta los ordenadores de 16 bits o todas y cada una de las plataformas de 8 bits, por supuesto) hasta que en el 2004 la compañía cesó su actividad.
Pero en 1984 el éxito de Gremlin está ligado a sus dos programadores estrella, Anthony Crowther y en especial Peter Harrap, quien nos regaló uno de los personajes más carismáticos que ha dado el ZX Spectrum.
La elección de Monty como personaje no partió de los programadores sino de la necesidad de los directivos de Gremlin de crear un personaje carismático que fuese representativo de la compañía, y en esta línea comenzaron a trabajar Tony en un Commodore 64 y Peter en el ZX Spectrum, en un interesante desarrollo paralelo. La versión de C64 aprovechaba la capacidad del ordenador para gestionar sprites y proporcionar un brillante scroll, mientras que la versión de Spectrum funcionaba con un sistema de pantallas estáticas similar a Manic Miner y con un planteamiento de plataformas poco novedoso pero muy efectivo. La verdadera esencia del personaje radicó en el diseño de Harrap y en involucrar al personaje en aventuras mineras (como Matthew hizo con Willy) pero dando un pequeño paso más allá para ligar el juego con la actualidad más candente en la Inglaterra de 1984.
En ese año existía en Inglaterra una gran controversia con los mineros y el líder sindical Arthur Scargill, el cual no siempre defendió los intereses de los trabajadores de la mejor manera posible. El padre de Harrap era minero, y el programador tenía una opinión muy clara sobre Scargill y la forma que tenía de tratar a los mineros que supuestamente defendía, tomándolos por estúpidos. Harrap caricaturizó al sindicalista como el “malo” del juego e hizo que Monty basara sus aventuras en hacerse con un cubo para “robar” carbón con el fin de poder calentarse durante el invierno. Así que el objetivo del juego es ni más ni menos que ir recogiendo los distintos fragmentos en una enorme e imaginativa mina, a lo largo de un argumento aderezado con algún elemento fantástico no muy relevante. Monty acabará un tanto mal al finalizar el juego y dará con sus huesos en la cárcel, marcando el tono de sus secuelas ya que todo girará en torno a la vida de fugitivo de Monty, como si de Prison Break se tratara pero con “topo” incorporado. La versión de Spectrum se nutre de algunas ideas de la de C64 (y viceversa) sin tener mucho parecido la una con la otra, pero finalmente resulta a todas luces mejor juego que el de Commodore por lo que a partir de ese momento el “canon” y la referencia del personaje se hace en base a los programas de Peter Harrap para la máquina de Sinclair.
La ambientación minera del juego hizo que Harrap acabase apareciendo en televisión hablando de su creación, con el conflicto social candente en los medios, proporcionando una gran cantidad de publicidad extra a Gremlin además de arrancarle el compromiso de donar parte de los beneficios a una asociación de caridad para mineros.
El segundo juego de la saga, “Monty is Innocent”, no fue responsabilidad de Harrap sino de otro programador, Chris Kerry, y cambiaba de planteamiento pasando de ser un plataformas a un juego más parecido a un PacMan semi-isométrico de dificultad endiablada. Todo transcurría en la cárcel en la que Monty está preso, y el protagonista es su amigo detective Sam Stoat quien intenta salvarlo. El juego ni siquiera estuvo supervisado por Harrap, quien inmediatamente se puso a trabajar en una auténtica secuela.
“Monty on The Run” vuelve a potenciar las plataformas con un espíritu más “videoaventura” y con una propuesta un tanto curiosa: al principio del juego tienes que elegir un equipo de cinco objetos que te ayudarán en la huida. A partir de cierto momento en el juego veremos que no podemos avanzar a no ser que tengamos por ejemplo (spoiler,spoiler!) una cuerda o nuestro pasaporte, por lo que si no hemos seleccionado el objeto adecuado tendremos que empezar de nuevo con la selección correcta, convirtiéndose el acto de empezar partida en un “ensayo-error”. Aunque se nos diga en el propio juego que “no pasa nada” si no podemos avanzar y que empecemos con otra selección, no tendrá mucha gracia tener que renunciar a un estado avanzado de la partida por no haber estado acertados al principio en elegir nuestro equipo de supervivencia. Aparte de este detalle, Monty On The Run mejora cada aspecto del original: control ágil del personaje (con animaciones distintas durante el salto), escenarios atractivos (una casa, los sótanos, el árbol, el barco final)y aspectos jugables novedosos como el uso de teletransportadores (Harrap es un fan de Star Trek) o utilizando jet packs a modo de homenaje a Ultimate (¡incluso puedes conducir un C5!). El juego sienta sólidamente las bases para alguna que otra entrega más de la saga.
“Auf Wiedersehen Monty” no fue el momento más brillante de la saga. Con el topo ya en el mundo exterior tocaba darle un poco de exuberancia a sus aventuras y se optó por convertir los escenarios en una especie de paseo por lugares emblemáticos de Europa incluida por ejemplo la Torre Eiffel. Aunque el nivel gráfico no bajó y los aspectos técnicos permanecieron casi intactos, la jugabilidad se resintió por la dificultad y por extraños aspectos que lastraban la experiencia de juego. Por ejemplo, coger una botella de vino volvía “alcohólico” a Monty y lo hacía incontrolable: un detalle simpático si no fuese porque ocurre constantemente y porque alguna vez es inevitable. Existen zonas de hielo en las cuales es imposible desenvolverse, y plataformas con “efecto rebote” en las cuales no hay posibilidad alguna de ejercer control sobre el personaje. Mucha acumulación de cosas que reconoce el propio Harrap, remitiendo al jugador al primer y segundo juego en los cuales, según él, se utilizaron las mejores ideas de la saga.
Hay que recordar dos juegos más. Uno de ellos excelente, el “Moley Christmas”, ofrecido gratuitamente en la revista Your Sinclair y que tuvo un tiempo de desarrollo cortísimo. Se plantearon seis pantallas representando las oficinas de la revista, las plantas de duplicación de Gremlin, etc… hasta una última pantalla donde Monty entrega la revista finalizada a un editor en un homenaje a “Frogger”. Existe un “medidor de energía” que no hace más que disminuir, lo que introduce un factor tiempo fundamental, y un diseño gráfico muy atractivo y a la vez muy fiel al espíritu de los juegos “principales”. Muy recomendable.
Por último, “Impossamole” fue desarrollado ya por Core y pretendía reinventar el personaje a modo de supermascota y al margen del trabajo de Harrap. No existía nada particularmente novedoso en el juego, resultando a la vez un programa muy competente pero carente de personalidad y que borraba todo aquello que hizo entrañable nuestro Monty. Aun así merece la pena que le echéis un vistazo.
Por alguna extraña razón no llegué a tener ningún Monty en mi colección, o si lo tuve no lo recuerdo, pero leyendo este estupendo artículo me dan ganas de ponerme en profundidad con ellos, al menos con los dos que comentas que son mejores.
Me ha parecido especialmente interesante esa referencia al contexto minero inglés que sirve de fondo a este juego y de la que no sabía nada.
jejeje este lo jugue pirata que me pasaron a cinta un compi cuando hacia la mitica e.g.b ..Buen articulo 🙂
Muy curiosa, la historia sobre Mr. Harrap y el problema de la minería en Inglaterra por aquella época… nunca habría imaginado que el trasfondo de Monty Mole viniera de ahí. 🙂
Muy interesantes las referencias al contexto minero. No sé, viendo la tapa siempre me pareció que había "algo más" en el personaje, sobre todo por usar monóculo, lo que le daba un aire aristocrático. Siempre pensé que era un guiño al minero Willy, que supuestamente también era rico.
Con respecto al juego, comencé con Monty is Innocent, que me gustaba bastante, pero cuando ví que no tenía nada que ver con los demás juegos me desalentó un poco. Por suerte después conseguí Dustin, que era como una segunda parte 😀
Muy buen artículo Jesús, me ha encantado. Sobre todo porque recuerdo mucho ese mítico 'Wanted: Monty Mole' que tuve en una cinta, copiada por un amigo, eso sí (no había mucho dinero para comprar todos los juegos que uno quería). Pero no me importaría comprarlo en su estuche original cualquier día. Es más, si lo encuentro en esta Retromadrid 2013, lo compraré.
¡Un saludo!
Muy buen artículo.
Yo solo jugué (horas y horas) al maldito Auf Wiedersehen Monty. Maldito porque era y es dificil pa toas sus castas. Pero me encantaba la música que tenía en 128k.
Sin ir más lejos, me lo acabé en la DSi la semana pasada. Eso sí, guía y mapa impreso en mano y muchos savestates porque aparte de tener que coger todos los euros en todas las pantallas y algunos objetos más de valor, los 6 objetos que tenías que llevar de un lugar a otro son completamente imposibles sin una guía. Para rematar puedes quedarte fácilmente atrapado por falta de tickets de avión.
Después de haberme quitado esta espinita pendiente desde finales de los 80, tendré que probar ahora los demás.
…mensaje eliminado por expreso deseo de su autor…
¡Ay! Qué de tardes de los ochenta pasé perdido en el subsuelo de esta maravilla…
¡Grande Monty Mole!
Pues la verdad es que no tenia de idea del transfondo politico del monty.
yo al que mas he jugado ha sido al aufwedersen monty, que me parece estupendo, sobre todo en la version 128k con la musica pegadiza que tiene y como se paraliza el topo cuando dice alguna palabra en la musica.
aun hoy lo tengo en la psp en el fuse y mi hijo mayor se lo pasa pipa con el juego.
Yo ahi erre que erre con las new gen inculcandoles nuestros recuerdos.
Saludos
USA-SOFTware:
Creo que esa epoca no…donde todavia en españa estabamos empezando en una Democratización y integrandonos a europa,y la industria y distribuciones de juegos era mas de mercadillos que de tiendas especializadas jajaja..zxspectrum forever
– Una gran saga y un gran reportaje (desconocía el origen de Monty). Todavía recuerdo las partidas interminables al "Impossamole" en el Amstrad de mi primo.
Muy grande también la compañía Gremlin Graphics en su día saco esa maravilla que es "Skate Crazy" (bueno, en mi modesta opinión).
Jej que personaje más entrañable este Monty. Lo recuerdo desde muy pequeño aunque yo tampoco conocía el trasfondo de su historia, muy curiosa por cierto. Al que más jugué fue al Auf Wiedersehen Monty y al Monty on the run. Que buenos recuerdos. Gran artículo. Felicidades.
Gran análisis de una de las sagas más carismáticas del Spectrum. Como siempre tiene una base en la realidad inglesa del momento. Margaret Thatcher debió estar orgullosa de la actitud de sus autores… 🙂
NO entiendo por ké poneis marcas de agua en imágenes ke no son vuestras… si así fuese todavía lo comprendería.